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Para los mexicanos, los caldos y sopas significan muchas cosas. Se acostumbran para curar algún mal, desde los físicos hasta los emocionales, para aligerar los estragos de la fiesta, para combatir el frío o para demostrarle cariño a alguien. No solo nutren al cuerpo, sino también al corazón. Conoce estos caldos y sopas tradicionales en México.
En el norte le llaman menudo, en el centro le llaman pancita y en el sur mondongo. Pero este caldo hecho con panza de res que se complementa con chiles y especias se acostumbra en toda la república. Es el imperdible de los fines de semana, y generalmente se recurre a él cuando la fiesta de la noche anterior fue intensa. La pancita se puede comer en tacos o en el caldo, que se sirve acompañado de cebolla picada y limón.
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Otro imprescindible para los fines de semana y para recuperarse de las noches de drinks. La birria, tradicional de Jalisco, ha traspasado esas fronteras para invadir las mesas de todos los mexicanos, de hecho, ya se ha popularizado también la versión tijuanense. La birria, que se hace con caldo de chivo o borrego sazonado con chiles y especias, se cocía dentro de las pencas del maguey, pero hoy se cuece en la olla express. Su sabor no ha ido en detrimento con las innovaciones tecnológicas. Puede comerse en taco o en el caldo; siempre sabe mucho mejor con cebolla picada, unas gotas de limón y, para los que gusten del picante, un poco de salsa.
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El caldo reconfortante por excelencia, y el que nos acompaña a todos en la salud y en la enfermedad. Este se prepara en todo el país, pero en cada casa existe una receta. Algunos lo acompañan con verduras, otros con arroz, otros con garbanzo y algunos más con huevo cocido. Lo cierto es que con unas gotas de limón y un poco de chile picado, nos llevará a todos a nuestra infancia.
Uno de los caldos más interesantes, y que se encuentra entre una sopa y un plato fuerte. El mole de ola es un platillo clásico del centro del país que se prepara con carne de res y verduras como ejotes, elote, calabacita o papa. Pero el protagonista del mole de olla es el xoconostle, que se incorpora durante la cocción para aportar un sabor agridulce.
La magia del caldo de camarón está en su consistencia. El caldo lleva camarón, papa y zanahoria, se sazona con jitomate, cebolla y chiles, pero en su preparación también se muelen las carcasas y cabezas del camarón, lo que hace que esta receta tenga una consistencia espesa. El caldo de camarón se acostumbra para abrir el apetito en las marisquerías, pero también para quitar el frío o brindar un apapacho.
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