Con el fin de que el cultivo y comercialización de nuestro oro verde sean sostenibles a largo plazo, la  Asociación de Productores y Exportadores de Aguacates Mexicanos emprendió una campaña llamada Aguacates Para Siempre, la cual busca poner en valor la parte más social de la industria: las familias michoacanas y los pequeños negocios.

Lula Martín del Campo, cabeza en la cocina de Cascabel ; Mikel Alonso, de Lur y Gerardo Vázquez Lugo, chef de Nicos son los embajadores de esta campaña que busca visibilizar el trabajo en el campo y su camino hasta la mesa.

Ellos fueron convocados por la APEAM, organización que comprende a 30,488 productores y 74 empacadores de aguacate michoacano. Ellos hacen posible que un millón 116 mil 833 toneladas se hayan puesto en las mesas del mundo desde 2019.

Por qué importa tener aguacates mexicanos para siempre

Una de las cosas que más sorprendió al chef Mikel Alonso cuando llegó a América fue la versatilidad de este, el fruto nacional más aclamado en el mundo. Descubrí sabores, texturas y experiencias completamente distintas en cada fase de maduración de los aguacates mexicanos. Me sorprendió la forma en la que se puede usar para todo.

Con él y junto a Vázquez Lugo y Martín del Campo han diseñado platillos que van desde la entrada hasta el postre y las bebidas, con la intención de darlo a conocer como algo más que una guarnición. Se pueden preparar sopas, tártaras, salsas y con las hojas de su árbol es posible hacer infusiones que mejoran la salud digestiva.

El retrogusto de estas experiencias nos habla de algo muy particular: sin personas que sigan en las pequeñas industrias de cultivo y comercialización, no hay aguacates para siempre.

Mediante la campaña de difusión se trae a la mesa el fruto en diferentes presentaciones y también se habla de quienes logran llevarlo a todos los confines de la tierra.

Michoacán: el epicentro del proyecto

Cada vez son menos los beneficios económicos que obtienen los productores y empacadores de aguacates mexicanos; esto provoca que cambien de oficio o cultivo y el campo quede abandonado.

Son treinta y dos municipios del estado en los que APEAM tiene injerencia; aunque no es un organismo regulador que tenga injerencia en la legislación ni regulación de la venta de sus cosechas, sí administra imparcial y transparentemente de los recursos designados para ello.