Recientemente Latin America’s 50 Best Restaurants anunció a la ganadora del reconocimiento a Mejor chef mujer de América Latina, y no fue sorpresa que la ganadora fuera la chilena Carolina Bazán, chef y copropietaria de Ambrosía y Ambrosía Bistro, en Santiago de Chile. Basta con echar un vistazo al menú de estos dos lugares para entender su encanto.

Pionera en su región del concepto de mercado a la mesa, Bazán ha logrado una fusión única entre la gastronomía local y la francesa, que a su vez se fusiona con distintos elementos de América, pues, como hija de un diplomático, Bazán vivió en distintos lugares del continente desde los trece años.

Ambrosía abrió sus puertas por primera vez en Santiago de Chile en 2003, cuando la chef tenía apenas 23 años. En esa época el lugar sobresalió por sus sabores caseros interpretados de manera impecable, y así continuó durante años, hasta que en 2010 la chef se fue a Francia, donde trabajó con Grégory Marchand en el aclamado Frenchie. Esa influencia se reflejó en Ambrosía, al regreso de Carolina en 2013.

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Los sabores caseros característicos del lugar se transformaron en un menú completamente renovado, protagonizado por productos frescos presentados en platillos cosmopolitas, en los que la chef hace sus propias versiones de sabores que la han impactado a lo largo de sus viajes. Sin embargo, no pierde el objetivo que ha tenido desde su inicio: recordarle al público que ir a un restaurante, a fin de cuentas, se trata de pasar un buen rato con comida rica. 

El menú degustación es tan versátil como los gustos de su creadora. Así como un día puede tener antojo de cocina peruana, al siguiente puede presentar un marcado toque francés.

¿Cómo nace Ambrosía Bistro?

Tras el éxito de Ambrosía, Carolina abrió Ambrosía Bistro, un espacio que dirige junto con su socia y pareja, Rosario Onetto. Aquí, el menú es más casual y creativo. Además de un menú de almuerzos y una interesante selección de coctelería con y sin alcohol.

En este lugar, una barra –desde la que, por cierto, se aprecia una cámara de maduración de carnes–, es el escenario para que los comensales disfruten el toque casero que alguna vez caracterizó a Ambrosía, recreado en platillos dignos de la mejor chef de América Latina.