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El ABC del ayuno intermitente o fasting: que sí y qué no hacer

De unos años para acá ha tomado fuerza la tendencia de hacer ayuno intermitente con la intención de bajar de peso o mejorar, de alguna manera, el estado de salud. Expertos dicen que es la mejor manera de evitar el envejecimiento y también de aprovechar mejor los nutrientes; otros más opinan que no es completamente necesario hacerlo.

¿Qué hay de verdad en todo esto? Te presentamos los mandamientos de esta corriente nutricional y algunos consejos para que tengas toda la información que necesitas antes de emprenderla.

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Do’s and dont’s del ayuno intermitente

No es para todas las personas. No son candidatos, por ejemplo, aquellos que tengan tendencia a la diabetes o con problemas de absorción de glucosa. Para empezarlo necesita valoración médica.

Se trata de dejar de comer por periodos de más de 12 horas y, de acuerdo al tratamiento, hacer ventanas o espacios para comer todo lo del día. Lo más común para adultos jóvenes es ayunar por 16 horas y dar una ventana de 8.

El cuerpo humano entra en proceso de autofagia; es decir, toma las reservas de grasa para cumplir sus funciones básicas. Sin embargo, también necesita calorías nuevas así que no sirve de nada dejar de comer de forma arbitraria.

Antes de aprender a no comer, hay que aprender a comer. Esta recomendación, del nutriólogo Alonso Córdova, es la llave para el éxito del fasting. No sirve de nada tener una alimentación desordenada o llena de azúcares y calorías vacías durante las ventanas de tiempo.

Existen estudios que señalan que aplaza el deterioro de las células, así que la piel mejorará y, en términos generales, el cuerpo se sentirá con más energía. Pero ¡ojo! es importante mantenerse bien hidratado aún en los periodos de ayuno.

Durante las horas de abstención sí se puede tomar té y café pero sin leche o endulzantes.

Aquí viene lo complicado: ¡Aguas con qué lo rompes! Es importante hacerlo con ingredientes de bajo índice glucémico para evitar los picos de glucosa y la generación de resistencia a la insulina.

Sí se puede tener actividad física en ayuno siempre y cuando lo señale un especialista. Al principio, procurar hacer ejercicios de baja intensidad y, de acuerdo con la respuesta del cuerpo, subir paulatinamente.

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