De unos años para acá, el icebath o baños de hielo se han incorporado como una práctica que busca el bienestar en el cuerpo humano.

Pero… ¿¡por qué sumergirse en una tina llena de hielos puede traer beneficios a la salud?

En contraste con lo que pesaban nuestras abuelas, el contacto con bajas temperaturas no genera enfermedades respiratorias y, bajo condiciones controladas puede mejorar la circulación, reducir el estrés y hasta combatir la celulitis.

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Baños de hielo: ¿¡por?!

Hasta parece broma: sumergirse en una tina llena de hielos sin razón aparente más que una moda que es promovida por el bienestar y la salud mental no hace mucho sentido.

Peeeeeeero…. hay mucho más que eso.

En un estudio publicado en 2020 por Frontiers in Sports and Active Living, se investigaron los beneficios a corto y largo plazo de los baños de hielo. El ejercicio se repitió en deportistas por 15 días y sí mostró una tendencia para obtener un beneficio en términos de recuperación muscular, aunque son a largo plazo y repitiendo el proceso diariamente.

Por otro lado –y este bastante más alentador– en un estudio de 2017 del Journal of Physiology, se comparó el uso de baños de hielo con la recuperación activa para reducir el dolor muscular después de hacer ejercicio. En el estudio se señala que el frío se utiliza a menudo para reducir el flujo sanguíneo en los músculos con el fin de aliviar inflamación, hinchazón y el daño a las fibras musculares.

Aunque no lo creas, también ayuda al sistema inmunológico; el agua fría eleva las defensas y puede incentivar a los sistemas nerviosos e inmunes.

Las letras chiquitas

Este tratamiento también es parte de una tendencia wellness. Después de una sesión de SPA o ejercicio, es recomendable hacerlo para destensar los músculos y para lograr un estado de mindfulness. Lo importante a recalcar aquí es que esto funciona cuando existen las dos cosas: meditación adecuada para lograrlo y un proceso previo de preparación, ya que de otra forma estarías sometiendo a tu cuerpo a demasiado estrés.

Los baños de hielo deben hacerse siempre con guía y por tiempos cortos: la recomendación es no sobrepasar los 15 minutos en personas experimentadas y los 5 si es la primera vez. Recuerda que la intención es ayudar al cuerpo, no llevarlo a un modo de supervivencia extrema.

Es importante que hables con tu médico u otro profesional autorizado antes de usar el método para tus objetivos y necesidades físicas únicas.