Tardaste aaaaaaños haciéndolo. Seguiste la receta al pie de la letra. Preparaste con toda la ilusión para tus invitados. Y al final ¿No lograste evitar que el pavo se seque en el horno? Con este acordeón, no volverá a pasarte semejante tragedia.
Toma nota y triunfa esta Navidad.
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Los tips infalibles para evitar que se seque el pavo
- Marínalo por lo menos un día antes en una salmuera. Sumérgelo en una solución que tenga agua, sal, azúcar, jugo de naranja y limón, especias y hierbas aromáticas. Ya habíamos hablado sobre la marinada previa que los expertos nos recomendaron hacer un par de días antes de hornear.
- ¡No lo inyectes! Aunque no lo creas, esos pequeños orificios que hace la jeringa se convierten en vías por las que salen los jugos propios de la carne y lo que introduzcas no se dispersará de manera uniforme.
- Ese color dorado tan llamativo no es solo una cuestión de calor, hay que ponerle cariño. Barniza la piel con mantequilla derretida para obtener tres beneficios: buena apariencia, textura crujiente y una capa protectora de los jugos internos del pavo.
- Mantén controlada la temperatura del horno: 200ºC máximo. Si no tienes un termómetro para horno, es el momento de ponerlo en tu carta a Santa Claus.
- ¿Y el tiempo? Calcula entre 40 y 50 minutos de horneado por kilo. El indicativo será el color de la piel y también el color de los jugos. Si clavas un palillo y sale transparente, está listo. Si sale rosita o rojo, le falta.
- ¡Aprovecha todo! Coloca una charola con agua debajo del pavo para rescatar el jugo y báñalo cada media hora.
- Deja reposar por lo menos 30 minutos antes de cortarlo. Si lo haces inmediatamente después, verás los jugos salir de cada rebanada y dejar solo un montón de fibras secas. El tiempo sirve para bajar la temperatura y controlar que todo se quede en su lugar.
- Rebana con un cuchillo filoso para no romper las fibras de la carne. Si tienes de sierra o eléctrico, ¡mejor aún!
- ¡Disfruta!