Para los amantes del vino, hay algunos errores imperdonables a la hora de beber que merman la experiencia y evitan que sea tan rico como debería ser. ¿Qué evitar y cómo?

La Comunidad MB presenta la Guía Simple de Vino y Maridaje; esta es una producción editorial en la que integramos a varios expertos que nos dan, cada año, sus mejores tips para disfrutar con todo el arte y placer de beber. Otra buena noticia es que está disponible en línea ¡y es gratis!

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Errores que debes evitar al beber vino

Nunca bebas los vinos pasados de temperatura. Cuando están demasiado calientes pasan tres cosas: la primera es que expulsan sus aromas demasiado rápido; la segunda es que el alcohol se evapora y esconde lo demás y la tercera es que el líquido se oxida. Cada variedad tiene un margen de temperatura distinta:

• Vinos tintos con crianza, entre 16 y 18ºC.
• Tintos jóvenes, entre 14 y 16ºC.
• Blancos con crianza entre 10 y 12ºC.
• Blancos jóvenes entre 6 y 8ºC.
• Espumosos a 5ºC.

Nunca ahorres en vino y gastes más en comida. Ambos son igual de importantes. En una experiencia de maridaje son igual de importantes y de hecho, una mala copa puede arruinar hasta el mejor platillo.

Nunca digas que no eres de vinos blancos; prueba siempre antes de juzgar. Uno de los errores más comunes que se escuchan por ahí es que el mejor vino tinto es el blanco y entonces te cierras la puerta a probar cosas que pueden ser sorprendentes.

Nunca bebas vinos en vaso o en copa que no sean de cristal. Este material no guarda malos olores y permite ver con claridad los colores y texturas de lo que vas a beber. Entre mejores sean tus copas, mejor será la experiencia.

Un buen bebedor de vino sabe que…

Nunca se toma la copa por el cáliz. Siempre hazlo por el pie o el tallo. Esto prevendrá que el calor de tus manos eleve la temperatura del vino y, por ende, tengas una mala experiencia.

Nunca hay que decidir qué vino pedir en un restaurante sin estar seguro de las opciones. Si el lugar tiene un sommellier… ¡áprovéchalo! Él conoce el menú, los ingredientes de cada plato y los perfiles de las botellas que maneja. 

Nunca debe ordenar una botella de vino para comer sin saber qué va a comer. A veces sucede que el plato es demasiado grasoso y el vino muy dulce, así que te empalagarás pronto. O que la comida es dulce y el vino muy astringente, haciendo una experiencia poco agradable. 

Nunca se juzga a un vino solo por su apariencia o aroma. A reserva de que te resulte objetivamente desagradable, los vinos se complementan con la percepción en boca, así que espera, prueba y comprueba si en realidad te disgusta.

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