Llevamos varias décadas sirviendo los espumosos en una copa flauta, después de haber desbancado aquellas abiertas estilo El Gran Gatsby por prometer una experiencia visual de las burbujas inmejorable. Esa característica, la tiene, sin duda, pero ¿qué pasaría si te dijéramos que hay una copa mejor para tomar champaña y percibir todos sus aromas y sabores?

Desde hace unos años, diferentes empresas dedicadas a la cristalería presentaron distintos diseños más innovadores entre los cuales resalta un híbrido entre las clásicas flautas y las de vino blanco. ¿Para qué? Descubrir y disfrutar mejor un buen espumoso en todos los ángulos.

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La mejor copa para tomar Champaña

Estos nuevos modelos tienen un ecuador y boca más anchos; es decir, no están cerradas como las anteriores. Esto permite que, al servirlo, rompa la burbuja bien y exprese todos los aromas.

En términos visuales también ayuda pues, aunque no es una superficie lisa, se puede observar bien la densidad de la espuma y la aguja que provoca la carbonatación.

Estas copas tienen un tallo largo pues recuerda que es el mejor lugar para sostenerlas sin que el vino gane temperatura; en espumosos y champaña es importantísimo mantener el frío para disfrutarla mejor.

En términos de sabor, estos vinos también evolucionan mejor cuando servidos en copas de esta naturaleza pues se oxigenan mejor y es más fácil percibirlos a la hora de probar.

Y ¿qué tenía de malo la copa flauta?

Malo, malo, en realidad, nada. Lo que sí sucedía es que tenían una boca demasiado pequeña como para meter la nariz y descubrirlo. Ser demasiado angostas también dificultaba que los vinos se oxigenaran para ganar aromas y sabores.

No es un pecado usarlas, vaya. Pero si quieres aprender sobre espumosos y Champaña, quizás sea buena idea hacerte de un par y comparar las diferencias.

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