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Antes de probar un alimento nuestra mente ya creó una expectativa respecto a su sabor, de acuerdo con la forma del envase, el color y el material con el que está hecho, así lo aseguran expertos del Laboratorio de Investigación Transmodal de la Universidad de Oxford; sin embargo, más allá de la percepción existen materiales que, en efecto, pueden afectar el sabor, la apariencia y la vigencia de la comida. Te compartimos una guía definitiva para elegir los alimentos de acuerdo con su empaquetado.
El plástico es el viejo confiable, es uno de los materiales más utilizados para empacar alimentos y bebidas alrededor del mundo, según la organización Greenpeace cada año se fabrican 500 mil millones de botellas de PET. Por otro lado, un estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), reveló que solo el 20% del plástico se recicla a nivel mundial.
Entre sus beneficios se encuentra su accesibilidad y su bajo costo de manufactura por lo que es el preferido de las marcas, además, en los envases de plástico los alimentos corren menos riesgos, sin embargo, este material puede afectar el sabor, en particular de las bebidas.
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El vidrio es un excelente aliado para los alimentos ya que es impermeable y evita que el oxígeno modifique las características del sabor y el color de los alimentos y bebidas, además, es químicamente inerte, y posee claridad, rigidez y resistencia. Este material podría ser la fórmula ganadora del empaquetado, pese a ello, no es seguro debido a su fragilidad y su precio es elevado.
El vidrio es un producto que se puede reciclar al 100% y sin perder sus propiedades, en Europa, por ejemplo, la Federación Europea de Envases de Vidrio (FEVE) detalla que el índice de reciclado es de más de 70%. En el país, la cultura del reciclaje del vidrio está mucho más arraigada o quién no recuerda haber retornado una botella de vidrio a la tiendita.
Además, los productos alimenticios empacados en vidrio se pueden identificar fácilmente y reutilizar.
Ofrecen los beneficios del plástico, pero con la ventaja de que, al estar conformados por materiales naturales, pueden ser compostados, o incluso algunos como los productos Bioelements, consumidos por los microorganismos en cualquier ambiente, lo que contribuye a que el ciclo vital siga su curso.
Además, al no ser bio-tóxicos ni tóxicos por metales pesados, al biodegradarse no liberan elementos químicos, ni afectan negativamente al medio ambiente, reduciendo así la huella de carbono y, por si fuera poco, se reintegran rápidamente.
Aunque no todo lo que brilla es oro, ante las prohibiciones del uso del plástico de un solo uso, algunas empresas se han dedicado a la fabricación de falsos productos biodegradables que incluso contaminan aún más que el plástico.
Por otro lado, existen muchos empaques que presumen ser biodegradables, sin embargo, utilizan aditivos oxo que micro-fragmenta el plástico, pero no disminuyen su masa por una actividad de biodegradación, es decir, se fragmentan, pero persisten por los siglos de los siglos.
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Es el patito feo del empaquetado debido al daño que ocasiona en el medio ambiente y la contaminación que puede generar en los alimentos. Este material está cada vez más en desuso y a pesar de su mala fama tiene sus cosas buenas como su ligereza y propiedades aislantes que le permiten mantener alimentos congelados como pescados, mariscos, pollo, res y cerdo.
La Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC) y la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ), estiman que el consumo nacional del unicel en México, hasta antes de la prohibición de 2021 era de 125 mil toneladas anuales, de las cuales el 25% se destinan a la fabricación de productos desechables para la industria alimenticia.
Este material no es muy amigable con el medio ambiente, es altamente absorbente, y por lo tanto transfiere con facilidad la humedad y agua a su contenido, aunque en contraparte es ligero, resistente y adaptable a cualquier formato.
Existen muchos materiales que se biodegradan, como los papeles y cartones que se usan para la industria alimentaria, sin embargo, al mismo tiempo dañan al medio ambiente si provienen de procesos de reciclaje mecánico, “durante esta etapa los materiales adquieren elementos nocivos que incluso ralentizan este proceso por los plastificantes que se incorporan”, conforme expertos.
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