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Ruta de lavanda

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Desde la época de los fenicios hasta nuestros días, la lavanda ha formado parte de la herbolaria tradicional. Autóctona del África del norte y el Mediterráneo, esta delicada flor de color morado pálido con dulce aroma floral herbáceo y notas suaves de madera, es muy apreciada tanto por su fragancia como por las propiedades relajantes y curativas que se le atribuyen.

Una de las regiones más famosas dedicadas a su cultivo se ubica al sur de Francia, en Provenza, el primer territorio conquistado por el Imperio Romano en la entonces llamada Galia. Por tanto, la ruta de la lavanda se ha convertido en uno de los principales atractivos de esta zona caracterizada por la belleza de sus paisajes y entre los cuales se descubren viñedos y antiguos castillos, históricas ciudades y pintorescos pueblos como detenidos en el tiempo.

No es solo una ruta

El recorrido comprende seis diferentes tramos, que varían entre 70 y 220 kilómetros, a partir del Valle del Drôme hasta los Alpes. Ya sea que alquiles un coche o te decidas por un plan más aventurero en moto o bicicleta, el tiempo de cosecha, de principios de julio a finales de agosto, es el mejor momento para planear tu viaje (encontrarás información útil en www.moveyouralps.com/routes-de-la-lavande/).

Independientemente del itinerario, no pierdas ocasión de conocer Aviñón. Durante la Edad Media esta ciudad era considerada sede de la cristiandad por ser residencia de siete pontífices. El Palacio de los Papas y el Puente de Aviñón (ambos Patrimonio de la Humanidad); el Petit Palais (interesante pinacoteca) y Las Halles (clásico mercado provenzal) son de visita obligada.

Cerca de Aviñón se encuentra Orange. La antigua capital del principado del mismo nombre y de donde surgen las raíces de la actual monarquía holandesa posee importantes vestigios romanos como el Teatro Antiguo, que de acuerdo a Luis XIV era “la muralla más hermosa del reino”. A 30 kilómetros de aquí, Vaison La Romaine no solo es de los principales puntos de partida en la ruta de la lavanda, también alberga a uno de los mayores yacimientos arqueológicos del país.

Otros must see son Montelimar, cuna del nougat; Rousillon, en el corazón de la mina de ocre más importante del mundo (vale la pena que tomes un tour guiado por sus acantilados al atardecer), y, por supuesto, Grasse una encantadora ciudad de estilo medieval, reconocida como la capital mundial del perfume (queda a pocos kilómetros de Cannes y Niza, así que es perfecta para una escapada romántica a la Costa Azul).

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