Probablemente parezca que un spa de playa no podría competir con uno de ciudad porque, seamos honestos, el primero representa vacaciones, mientras que el segundo te remite a escapar durante poco tiempo (incluso un par de horas). No obstante, cada sitio posee un estilo propio y ambos tienen tanto ventajas como desventajas.

Un spa de playa

La mayoría de los spas de playa forman parte de las instalaciones de un hotel o resort, así que son una gran opción para aprovechar la estancia, el descanso vacacional, estar a nivel del mar, el clima y, por supuesto, no hay que desplazarse demasiado para empezar a vivir la experiencia. Sin embargo, el costo del tratamiento no está incluido en el hospedaje y al terminar los días de asueto, el regreso a casa complica hacer el seguimiento adecuado de la rutina que iniciaste.

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Un spa de ciudad

Dentro o fuera de la CDMX, este tipo de spa te permite desconectarte durante algunas horas del ajetreo cotidiano e incluso podrías establecer un programa calendarizado de sesiones según tus necesidades. A diferencia de los otros, muchos spas urbanos no tienen hospedaje (claro, a excepción de los que están dentro de un hotel), por ello quizá el mayor inconveniente sean la distancia y el tiempo que toma llegar a la cita.

En ambos casos, recuerda que es primordial verificar con antelación si los servicios del spa cumplen los estándares básicos de calidad e higiene, tanto en amenities como en instalaciones, si ofrecen alimentos y, por supuesto, que el personal esté capacitado.