En las últimas tres décadas, en varios países empezó a gestarse la tendencia del vino natural, orgánico y biodinámico. Se trata de tres formas distintas de vinificar que recuperan técnicas ancestrales y eliminan algunos elementos del mundo contemporáneo como los sulfitos.

¿De qué va cada uno? ¿Cuáles son sus diferencias? ¿Por qué se evaden los aditivos y qué implicaciones tiene?

La Comunidad MB presenta la Guía Simple de Vino y Maridaje; esta es una producción editorial en la que integramos a varios expertos que nos dan, cada año, sus mejores tips para disfrutar con todo el arte y placer de beber. Otra buena noticia es que está disponible en línea ¡y es gratis!

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Primero que nada: ¿qué son los sulfitos y por qué tanto alarde?

Mucho se habla sobre el tema: si son buenos o malos para la salud; si dan cruda, o si son trampa. La realiad es que estos derivados del azufre -con propiedades conservantes, antifúngicas, antimicrobianas y antioxidantes- eran conocidos y empleados ya desde la antigua Grecia y se encuentran de forma natural en los alimentos.

En el caso de los vinos, añadir sulfitos evita la proliferación de bacterias y los preserva en condiciones óptimas durante mayor tiempo.

De acuerdo con…

Hablemos de vino orgánico

Se le llama así -o ecológico- a todas las botellas producidas con uvas que se cultivaron libres de pesticidas, herbicidas y fertilizantes químicos. Depende de cada país y su normativa si se añaden sulfitos o no; por ejemplo, en Estados Unidos no se permite pero en la Unión Europea, sí.

El vino natural

Es aquél que tiene la mínima intervención en tierra; es decir, que no tiene químicos, fertilizantes ni pesticidas. Sobre todo, está orientado a la elaboración más artesanal del vino: no se añaden levaduras comerciales ni bacterias externas; solo actúan las presentes en las propias uvas y su medio ambiente.

Esta variedad de vino no se filtra ni clarifica, por eso suele ser turbio y con muchos sedimentos.

Ni tinto ni blanco o rosado: el vino naranja

Este es un estilo aparte dentro de los naturales y se elabora con uvas blancas. El mosto se fermenta con la piel y las pepitas -igual que un tinto- pero dentro de ánforas de terracota enterradas en la tierra. Esto nos remonta a una técnica del Cáucaso, hoy Georgia, de hace más de 6 mil años.

Vinos biodinámicos

Estos tienen un enfoque holístico de agricultura sustentable: preparados vegetales, minerales y animales; cero compuestos químicos en el viñedo y sobre todo, respetan los tiempos de trabajo agrícola regidos por la naturaleza. Esto quiere decir que siembran, cosechan y labran de acuerda con el calendario astral y solar.

A esta variedad la regulan distintos organismos como el Demeter International y Biodyvin y sí se permite agregar sulfitos.

¿Haz probado alguno de estos? Cuéntanos en los comentarios si prefieres el vino natural, orgánico, naranja o biodinámico.