En  abril y mayo, Aguascalientes celebra su tradicional Feria de San Marcos considerada la más antigua y con mayor arraigo en todo el país, un pretexto perfecto para una escapada familiar o en pareja.

La capital hidrocálida es ideal para caminar e ir descubriendo el ambiente de sus cinco barrios típicos (La Estación, La Salud, El Encino, Guadalupe y San Marcos), así como la arquitectura barroca de sus edificios y disfrutar de sus plazas y jardines. Merece mucho la pena una visita a la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, a la Iglesia de San Diego y de Nuestra Señora del Rosario; al Palacio de Gobierno, al Jardín de San Marcos, además de los Museos Regional de Historia, de Aguascalientes, José Guadalupe Posada y Nacional de la Muerte.

La cocina regional se caracteriza por sus recetas heredadas de generación en generación con clásicos platillos como: la barbacoa de olla, el mole blanco, la sopa campesina, los famosos Chile Aguascalientes o el lomo de la abuela; los condoches (pan de maíz), los tamales de biznaga, piñón o nuez; el dulce de guayaba con cajeta y el polvorón hojaldrado.

El trabajo artesanal es también uno de los highlights que distinguen a Aguascalientes y la calle Nieto es una de las más tradicionales para adquirir textiles, deshilados, bordados, talabartería, herrería, marquetería, cerámica (mayólica).

Si dispone de tiempo, la entidad cuenta con atractivos dignos de conocerse, entre ellos los pintorescos Pueblos Mágicos de Real de Asientos y Calvillo; Hacienda de Letras y Casa Vitivinícola Leal (con recorridos por viñedos, catas y degustaciones); Tepezalá (antiguo enclave minero que formó parte de la Ruta de la Plata); Boca del Túnel, El Sabinal, Sierra del Laurel (ideales para amantes del ecoturismo).

Para agendar

¿Más sobre Aguascalientes? Puedes ver nuestras recomendaciones de restaurantes y hoteles.