Durante mis viajes del año pasado, tuve el gran placer y la suerte de poder visitar uno de los últimos refugios de gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei), que habitan en el Parque Nacional de los Volcanes de Ruanda, África. Esta excursión es una gran apuesta ya que vas en búsqueda de gorilas salvajes dentro de la maleza de la montaña y es posible caminar por horas o días y no ver a ningún gorila.

Por suerte a nosotros nos encontramos con una de las manadas de gorilas en el primer día. Los rangers o cuidadores del parque tienen bien ubicadas a las diferentes manadas que habitan en la zona, ya que tienen que mantenerlas vigiladas constantemente para protegerlas de cazadores y trampas. Es una especie en peligro de extinción, lo cual hizo que consideráramos seriamente nustra posición en el mundo y que podemos hacer para ayudar. El shock de ver al primer gorila es algo que jamás olvidaré. Son criaturas de gran tamaño, con majestuosas miradas y tienen a lo largo de su vida un promedio de cinco crías, el 30 % de las cuales no superará los 3,5 años de vida.

Nosotros fuimos meros espectadores de las actividades de la manada a unos cuantos metros de distancia para no parecer agresivos. La macho espalda plateada es el líder de la manada y solo hizo un sonido de advertencia para que no nos acercáramos más y déjenme decirles que con eso fue suficiente. Un espalda plateada pesa entre 200 y 250 kg. Su altura ronda (más o menos) los 2 metros mientras que las hembras pesan aproximadamente la mitad que el macho. Al día, un espalda plateada puede llegar a ingerir hasta 30 kilos de comida.

Lo más sorprendente es que compartimos el 98% de ADN con estas criaturas. Es increíble que su estado de peligro no es un dato muy conocido y peor, que como sociedad mundial no estamos haciendo mucho para protegerlos. Aparte de cazadores y el crecimiento de ciudades, los furtivos y los grupos rebeldes del conflicto congolés siguen siendo una amenaza. El ejército vigila el Parque Nacional de los Volcanes, frecuentado por turistas e investigadores a la búsqueda del casi extinto gorila de montaña. Los rangers tienen un papel primordial en la conservación y protección del hábitat de los gorilas. Patrullan la jungla continuamente además de acompañar a los visitantes en sus expediciones.

Fue una experiencia que jamás olvidaré y la recomiendo mucho para así hacer conciencia de su peligro de extinción y para que nos informemos más sobre estos animales tan impresionantes. Si quieren saber más sobre mi experiencia pueden ver mi página de Facebook/Instagram y si quieren ayudar a estos increíbles animales pueden encontrar más información en https://theellenfund.org/gorillas una fundación dedicada a la protección de gorilas en Ruanda dirigida por Ellen Degeneres.