Después de 44 años de abandono, tras el conocido escándalo de espionaje en sus instalaciones, el hotel reabrió sus puertas en 2016, totalmente remodelado. Se respetó su diseño original con formas redondas (hoy en día, un hito en la ciudad) mezclándolo con la calidez del estilo contemporáneo.

Las habitaciones son elegantes y modernas con colores sobrios, de buen tamaño, al igual que los baños. Sus ventanales tienen vista al río Potomac. Como dato curioso está la habitación 214 llamada Scandal Room, que fue redecorada y contiene objetos originales de la oprobiosa época.

Vale la pena también visitar su Whiskey Bar. 

Fotos por The Watergate Hotel