Dónde comer cochinita pibil y lechón en CDMX
Si tienes antojo de cochinita pibil o lechón, la CDMX ofrece excelentes opciones para saciarlo. Te decimos dónde probarlos.
Cuando sentimos nostalgia por nuestra infancia, seguro uno de los recuerdos más placenteros es el de evocar cómo disfrutábamos muéganos, merengues, gaznates, alegrías, pepitorias, palanquetas y cocadas, y otros tantos dulces típicos mexicanos.
Y es que en verdad pocos países pueden presumir de la variedad de formas, tamaños, colores y sabores de estos maravillosos productos, cuya presencia es parte de la historia y gastronomía de México.
Algunos se originaron en la época prehispánica a partir de ingredientes autóctonos. Ese es el caso de las pepitas de calabaza y los cacahuates indispensables para una buena palanqueta o del amaranto empleado para las alegrías, el más antiguo de nuestros dulces. En aquel entonces, en lugar de miel de abeja, piloncillo o azúcar, en su elaboración se utilizaba miel de maguey o de hormiga mielera, y más que golosina poseía un profundo enfoque religioso.
Otros, la mayoría tal vez, son una herencia del mestizaje concebido en el imaginario de las cocinas conventuales virreinales. A lo largo del periodo colonial, los elementos indígenas fueron fusionándose con las costumbres y productos traídos por los españoles creando así azucarados placeres como los delicados mazapanes yucatecos perfumados con agua de azahar; los mostachones, macarrones, tortitas de Santa Clara y camotes emblemáticos de Puebla; los suspiros de monja oaxaqueños; los ates de Michoacán cocinados en cazuelas de cobre y las cocadas chiapanecas con yema de huevo, azúcar y canela.
Con el paso del tiempo, muchas recetas se transmitieron a distintas regiones del país y adoptaron influencias locales y extranjeras, propiciando así la evolución y surgimiento de nuevas delicias: las etéreas y coloridas pepitorias u obleas; los rollos de nuez y dátil de Chihuahua; los merengues y gaznates; las glorias de Linares que identifican a Nuevo León; los jamoncillos y muéganos; los rollos de guayaba clásicos del Bajío y Jalisco.
Si quieres disfrutar de estas y más golosinas tradicionales mexicanas en un ambiente belle époque, no te pierdas una visita a la Dulcería de Celaya, todo un referente en el Centro Histórico de la Ciudad de México desde hace 145 años.
Si tienes antojo de cochinita pibil o lechón, la CDMX ofrece excelentes opciones para saciarlo. Te decimos dónde probarlos.
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