Después de Milán, la capital catalana es considerada una de las ciudades top en lo que a vanguardia en diseño y arquitectura se refiere. Aunque usualmente se le asocia con la figura de Antonio Gaudí, posee una identidad propia, espontánea y abierta.

Además de innumerables sitios de interés, atractivos y tesoros culturales que dan cuenta de su antiguo esplendor, en ella descubrirás un espíritu moderno y dinámico reflejado tanto en su gastronomía como en su activa vida artística y en la riqueza de su patrimonio arquitectónico. Si quieres conocer este seductor destino, place to be para cualquier viajero con inclinaciones sibaritas, aquí te proponemos un itinerario de tres días.

Día uno

Programa tu primer día para visitar el Barrio Gótico donde te encontrarás con la esencia más antigua de la ciudad ligada con su pasado romano y medieval. Tras ver la Catedral, la Plaza Sant Jaume y el Museo de Historia, vale la pena que des una caminata hasta La Rambla, el emblemático paseo barcelonés concurrido a todas horas por locales y turistas. No dejes de hacer un alto en el colorido Mercado de la Boquería (El Quim de la Boquería es un must para tapear) y en el Gran Teatro del Liceu. No lejos de ahí, La Ribera -conocida como zona del diseño y moda- alberga la extraordinaria basílica gótica de Santa María del Mar y del Museo Picasso.

Día dos

Dedica tu segundo día a la ruta de Gaudí, puedes preguntar en las oficinas de turismo por la disponibilidad de recorridos guiados o hazla a tu aire (aunque es aconsejable que compres previamente tus boletos en línea www.barcelonaturisme.com) empezando en el Eixample y el famoso Passeig de Gràcia (si eres coleccionista de antigüedades este es el lugar). Continúa hacia la Iglesia de la Sagrada Familia y el Quadrat d’Or, para conocer La Pedrera, así como las casas Battló y Vicens; después acércate al Parque Güell y la Casa Museo Gaudí ubicados en el Barrio de Gracia. Si quieres cenar en uno de los hot spots de la ciudad, reserva con anticipación mesa en Tickets (www.elbarri.com).

Día tres

Para el último día, encamínate hacia Montjuic y no te pierdas el castillo (desde aquí tendrás las mejores vistas de Barcelona), el Pueblo Español, la Fundación Joan Miró y el Pabellón Barcelona de Mies van der Rohe. Luego baja hacia el Port Vell, el antiguo puerto, hasta la Barceloneta (la playa más célebre de la ciudad) donde podrás sentarte a tomar algo en una agradable terraza.

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