Mochomos celebra su octavo aniversario en CDMX
Mochomos, el restaurante de cocina sonorense de Grupo Costeño, celebró su octavo aniversario con una serie de cenas con invitados especiales.
El delicioso sabor de la clásica gastronomía yucateca es el resultado de una peculiar combinación de ingredientes, condimentos y especias mayas y españolas que dan origen a recetas únicas. Los papadzules y panuchos; la sopa de lima, el poc chuc y el relleno negro; el frijol con puerco y el pescado tikin xic; el tzik de venado y, por supuesto, la tradicional cochinita pibil son algunos de sus memorables platillos.
Cierto es que las típicas bebidas locales como la horchata, el agua de chaya, lima o pitahaya, el xtabentún, o el cada vez más popular licor de henequén siempre serán sus clásicos acompañantes, de la misma manera que lo son el tequila, el mezcal y la cerveza. Pero los vinos también representan la oportunidad de explorar nuevas posibilidades para armonizar, complementar o contrastar los sabores de cada plato. Por eso, no pierdas de vista estas sugerencias.
Por su complejidad y textura, los vinos blancos secos Chardonnay o Riesling con crianza en barrica, así como los rosados semi-secos de buena acidez son gran opción; si prefieres un tinto, elige uno joven y afrutado de cuerpo medio.
La diversidad de ingredientes de este plato permite variadas alternativas desde los vinos blancos secos y frescos, tipo Sauvignon Blanc, y rosados semi-secos, hasta tintos aromáticos frutales de cuerpo medio como Tempranillo o Malbec.
El robalo, el mero o el huachinango son la base de esta receta y para armonizar con ella lo recomendable son los blancos frescos, secos, de equilibrada acidez con toques frutales o cítricos (Chardonnay, Sauvignon Blanc, Chenin Blanc o Albariño), aunque el achiote admite también rosados semi-secos o tintos Merlot o Pinot Noir.
Este plato complejo, donde se combinan los sabores especiados del recado negro con los del pollo y el cerdo cocinados a las brasas, puede acompañarse con vinos blancos secos jóvenes Chardonnay o Sauvignon Blanc, rosados secos o tintos ligeros y frutales Cabernet Franc o Merlot sin crianza.
Para no restarle protagonismo a la carne de este salpicón frío o cubrir su sabor, una elección acertada es un vino rosado seco afrutado (Grenache) o un tinto joven, ligero y de cuerpo medio como Sangiovese, Malbec o Tempranillo.
Mochomos, el restaurante de cocina sonorense de Grupo Costeño, celebró su octavo aniversario con una serie de cenas con invitados especiales.
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