Ocho bares speakeasy en la CDMX que vale la pena descubrir
La CDMX es el lugar perfecto para buscar bares escondidos o speakeasy , donde la pasarás muy bien y los cocteles no decepcionan.
Nada supera el placer de una buena taza de café por la mañana. Si te gusta prepararlo a la manera tradicional y artesanal, estas cinco cafeteras manuales son un must entre coffee lovers.
Una de las cafeteras más modernas que reúne las ventajas de una cafetera italiana y una prensa francesa para obtener una taza de café de buen cuerpo y aromático, de sabor ligeramente concentrado y sin posos. Fabricada en plástico es una alternativa práctica para llevar a cualquier lugar sin temor a que se rompa, claro siempre y cuando tengas dónde calentar el agua.
Su creación se atribuye a un ingeniero italiano a mediados del siglo XIX, sin embargo fue en Francia donde se hizo popular y de ahí su nombre. Las más sencillas suelen ser de vidrio y hay otras más sofisticadas de cerámica o acero inoxidable. En cualquier caso, la clave para un café poco concentrado pero con mucho sabor radica en usar un molido grueso, agua hirviendo y dejar reposar unos minutos antes de servir.
Las primeras versiones de esta clásica cafetera a presión para preparar espresso surgieron en la década de 1930; originalmente eran de hierro, pero hoy existen también de aluminio y acero inoxidable. El secreto para lograr una buena taza de espresso consiste en utilizar un molido fino, sin prensar demasiado el café en el filtro y retirar la cafetera del calor en cuanto el café empiece a salir.
Las cafeteras de filtro por goteo, tipo Chemex o V60, no son un invento de nuestros días. De hecho, la Chemex fue diseñada y patentada en 1941 por el químico alemán Peter Schlumbohm, mientras que los antecedentes de la V60 (llamada así por el diseño de 60° de su cono) se remontan a la década de 1950 en Japón. En ambos casos, para un café fuerte con cuerpo, de balanceada acidez y textura, lo ideal es un molido de medio a fino e ir vertiendo con lentitud y circularmente agua muy caliente.
Aunque en los últimos años se ha convertido en objeto de culto, su origen data del siglo XIX. Tiene dos recipientes de vidrio interconectados por un tubo, un filtro y una fuente de calor. El agua se coloca en el recipiente inferior y el café en el superior, al calentarse el agua sube hacia el café. Cuando la fuente de calor se apaga, el café baja al recipiente inferior. El proceso es todo un ritual que requiere paciencia y práctica, pero el resultado vale la pena pues disfrutarás de un café claro, suave y limpio, de cuerpo medio y muy aromático.
La CDMX es el lugar perfecto para buscar bares escondidos o speakeasy , donde la pasarás muy bien y los cocteles no decepcionan.
Agarra tu taza y prepárate para explorar estas nuevas cafeterías en CDMX que ya están dando de qué hablar.
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