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5 reglas de oro para una comida de trabajo exitosa

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Las comidas de trabajo en un restaurante son quizá la práctica más común para presentar proyectos o cerrar tratos con clientes. Independientemente de que se trate de una reunión casual o formal, en ambos casos es importante que observes ciertas reglas básicas para lograr el objetivo que buscas.

El lugar y la vestimenta

Cuando tengas definido el estilo de la comida, selecciona un par de lugares que resulten acordes; de preferencia que estén en un punto de fácil acceso y evita aquellos que sean demasiado ruidosos. Hazle saber a tu cliente las opciones; si él sugiere otra, acéptalo. En cualquier caso asegúrate de hacer tú la reservación y especifica en ese momento tus requerimientos (mesa en un privado o terraza, en área de fumar o no, etcétera). Desde luego tu outfit y presentación general deberán estar ad hoc a la ocasión y el lugar elegido.

La puntualidad

El día de tu comida procura dejar todos tus pendientes listos, de tal manera que puedas presentarte en el lugar acordado con al menos 10 o 15 minutos de anticipación. Aprovecha ese tiempo para checar que la mesa asignada corresponda a lo que solicitaste en la reservación y hazle saber al capitán de meseros que al finalizar la comida debe entregarte a ti la cuenta.

La cortesía en la mesa

“El cliente es primero”, así que aplica esto para que él elija dónde sentarse y ordene antes que tú. Si no es imperativo tener a la mano tu celular, guárdalo; de lo contrario, ponlo en modo silencio y colócalo sobre el lado izquierdo, pues así no correrá peligro de que caigan sobre él comida o líquidos.

El lenguaje y la conversación

Siempre dirígete con respeto hacia tu cliente. No utilices palabras altisonantes o despectivas y procura que tu tono de voz sea uniforme. Si existen dos o más interlocutores en la mesa, no intervengas en sus conversaciones a menos de que te lo requieran, ni tampoco interrumpas a quien esté hablando; espera tu turno para hacerlo. Evita los temas polémicos (religión, política, sexo y todos aquellos que pudieran derivar en una discusión). Al finalizar con los platos fuertes, aborda el objetivo de la reunión de manera clara y concisa.

Alcohol ¿sí o no?

Una vez más, deja que tu cliente lleve la iniciativa. Si decide no ordenar una bebida alcohólica, es mejor que tampoco tú lo hagas. Pero si elige, por ejemplo, pedir una botella de vino dale la preferencia para ordenarla y, desde luego, ten moderación al beber, es fundamental que no pierdas la compostura.

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