Cada lugar del mundo tiene sus costumbres y preferencias respecto al desayuno. En México es común comer alguna proteína, generalmente huevo, con tortillas y café. Pero a nivel internacional, y sobre todo en los hoteles, existen algunos desayunos con características establecidas; tal es el caso del desayuno continental y americano. 

Desayuno continental

Se trata del buffet en los hoteles europeos, y que ahora se ha extendido en el resto del mundo. Se comenzó a servir en el siglo XIX, y cuando los estadounidenses lo conocieron, lo llevaron a los hoteles de su país. 

Se trata de un desayuno ligero y que ofrece una alternativa al desayuno inglés, confirmado por huevos fritos, salchichas y tocino. En el desayuno continental se pone a disposición del cliente pan de caja blanco e integral, pan dulce y pan francés o pan de sal, que se sirve con mantequilla, mermelada y miel. 

Además, se ponen platones con fruta. Pueden ser manzanas, plátanos o naranjas completas o, en algunos casos, algún coctel sencillo. Para beber no faltan el café, el té, los jugos, el chocolate y la leche caliente o fría. 

Desayuno americano 

Generalmente, el formato del desayuno americano también es en buffet. En este caso se busca tener un buen complemento energético, algunas opciones con más grasa y productos de origen animal. 

Un desayuno americano puede incluir pan, hot cakes, huevos revueltos, tocino, salchicha, huevos fritos, embutidos y pan francés. A veces se sirven las papas hash brown o tater tots. Para beber se ofrece, principalmente, jugo y café, aunque también se pueden servir tés.

Como verás, la principal diferencia entre los dos desayunos es que el americano incluye más proteínas animales y busca ser un alimento más pesado que el continental, que prefiere ser ligero. Pero ambos ofrecen opciones sanas y suficientes para el alimento más importante del día.