Ya conocimos el método de KonMari de Marie Kondo para deshacernos de lo que no necesitamos y de lo que ya no sirve. Ahora conoceremos el famoso arte del oriente sobre el acomodo correcto de la casa y todos los inmuebles que habitan dentro de ella. La filosofía del feng shui es una práctica que observa nuestros entornos construidos y cómo vivir en armonía con los principios del mundo natural. Esto hace que tu hogar tenga armonía y esté en balance con los elementos naturales que existen en el planeta.

Feng significa “viento” y shui se traduce como “agua” en chino. Esto proviene de un antiguo poema y reflexiona sobre cómo la vida humana puede ser ideal si nos conectamos y fluimos con el entorno que nos rodea.

En las culturas asiáticas, esto se llama Tao, que se traduce como “el camino”. El Tao es el camino de la naturaleza. Por lo tanto, los principios básicos del feng shui provienen de observaciones de la naturaleza. Los tres más importantes son: la posición de mando, el bagua y los cinco elementos.

La posición de mando es la más fácil de implementar y comprender dado a que gobierna la mejor manera de ubicarse a sí mismo y a los muebles en tus espacios para el feng shui. Es muy importante aplicarlo a la cama, escritorio y estufa. La cama te representa, el escritorio es tu carrera y la estufa es tu riqueza y cómo te alimentas en el mundo.

Lo básico de la posición de mando es que deberías de estar frente a la puerta sin estar directamente en línea con la puerta. Es muy importante estar en la posición de mando mientras estés acostado en la cama, sentado en tu escritorio o cocinando en la estufa. Por lo general, esta posición es diagonal desde la puerta. Nuevamente, no debes de estar directamente en línea con la puerta, sin embargo, debes poder ver la puerta. Por ejemplo:

El bagua es el mapa de energía del feng shui que se superpone en el plano de tu casa. Bagua se traduce a “ocho áreas” en chino, por lo tanto, consta de ocho áreas alrededor de un centro. Las áreas se relacionan con diferentes circunstancias de la vida y el centro representa la salud y el bienestar en general.

Una manera fácil de trabajar con el bagua es identificar las áreas que necesitan la mayor atención en tu casa. Cada una de las áreas del bagua (llamadas “guas“) también tiene un elemento correspondiente. Luego puedes usar la forma o el color de esa gua en la posición correspondiente de tu hogar para activar y trabajar con la energía. La filosofía recomienda que no trabajes en todas al mismo tiempo, sino que te enfoques en máximo tres para tener éxito y paz en esa área.

Los cinco elementos son otro sistema que proviene de la tradición taoísta. También se conocen como las cinco fases, y define toda la vida en categorías que están interrelacionadas e interdependientes. Crean un sistema completo, y uno no está solo, están en un baile constante. En feng shui, generalmente buscamos equilibrar los cinco elementos.

Por lo tanto, puedes usar este sistema para mejorar un gua mirando el elemento conectado. Por ejemplo, si deseas trabajar en tu riqueza y abundancia, puedes activar la posición de Riqueza / Xun de tu hogar agregando algo que encarne la energía de la tierra, como una gran alfombra plana cuadrada de tonos marrones.

La teoría y el simbolismo del color del feng shui se relacionan con el mapa de Bagua y con los cinco elementos. Por lo tanto, el color se usa en el feng shui para mejorar o apoyar áreas particulares de su vida. Una forma sencilla de trabajar con el color es usarlo en tu sala a través de una pintura, muebles, arte u otros accesorios. Es importante honrar tu intuición. Si te atrae un color en particular, úsalo. Si un color no te parece bien, préstale atención. Si escuchas atentamente, sabes lo que necesitas.

Éstas son las teorías básicas del feng shui, sin embargo, hay muchas diferentes escuelas alrededor del mundo y cada una tiene su propia manera de ejecutarlo, aunque las bases sean las mismas. Vale mucho la pena intentarlo por lo menos en un área de la casa, sentir como la armonía fluye y convertir a nuestro hogar en un resguardo del estrés del mundo exterior, especialmente ahora que tanto lo necesitamos.