Dominando el arte de cocinar con vino: consejos esenciales
Cocinar con vino puede transformar completamente tus platos, aportando sabores y una profundidad que el agua o el caldo no pueden igualar.
Blanco, tinto rosado… ok. Pero… ¿¡vino naranja?! ¡Sí! Y no, no es un trend o una moda pasajera.
Es cierto que su consumo en México proliferó junto con los naturales, pero esta tendencia no tiene nada que ver. Se trata más bien de fermentos de mosto de uvas blancas que se procesan como si fueran tintas. El resultado es una bebida más oscura, de sabores más complejos y que marida con una enorme paleta de posibilidades.
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Igual que sus parientes, el tinto y el blanco, el vino brisado –como también se le conoce al naranja– tiene sus orígenes en Georgia y data de hace 6 mil años. Entonces no, no es otro truco de mercadotecnia para probar caldos que no te van a gustar.
La historia cuenta que, quién comenzó con la puesta en valor quería exaltar las cualidades de uvas de sabores y aromas más bien promedio. Encontró la forma de hacerlo usando la piel, así que dejó macerar el mosto con la piel para que los taninos hicieran lo suyo.
El experimento funcionó y el resultado fue un vino de colores claros aunque intensos con una textura más astringente y sabores más fuertes.
Por muchos años, el vino naranja permaneció bajo las sombras porque mercadológicamente no era aceptado. ¿Cómo vender un vino blanco que presentara turbidez o colores que pudieran intimidar al mercado? Con la ola de los vinos naturales entonces, resurgió de sus cenizas y se comenzó a hablar de él mucho más en forma.
Estos fermentos deben beberse entre los 13 y los 15ºC; es decir, ni muy fríos ni muy templados. Una recomendación para percibir mejor sus aromas es decantarlo para que se oxigene, así la experiencia será mejor.
Una buena noticia es que, por tener lo mejor de los dos mundos (el tinto y el blanco), maridan con más opciones que ambos. De acuerdo con las varietales y las añadas el perfil cambia, pero, si ponemos el queso como ejemplo, va bien tanto con azules como con maduros, frescos y de salmuera.
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