Altares, menús y eventos para disfrutar la CDMX en noviembre
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Durante la Ley Seca en Estados Unidos, que tuvo lugar de enero de 1920 a diciembre de 1933, surgieron los llamados “bares speakeasy”, lugares clandestinos donde se podían consumir bebidas alcohólicas y escuchar música, especialmente jazz.
Actualmente en CDMX hay establecimientos inspirados en esta dinámica, escondidos detrás de libreros o de fuentes de sodas. Te invitamos a conocer los siguientes:
Catalogado como un “hi-fi listening bar”, este speakeasy ofrece noches de música con sonido de calidad inigualable, ya sea que decidas sentarte en la barra o en el espacio más alejado, la experiencia siempre es la misma. La parte auditiva va acompañada de una serie de cócteles inspirados en grandes de la historia de la música como el de “Serge Gainsbourg”, cuya presentación hace referencia al tabaco del cantante y compositor francés pues se acompaña con una pequeña “fogata” de canela humeante. Mientras que el de “Frank Sinatra” se elabora con tequila.
Anteriormente estaba detrás de una falsa tienda de puros en Polanco, sin embargo, durante la pandemia este bar oculto se mudó a la colonia Juárez. El head bartender, de origen holandés, prepara desde los clásicos, como martini o negroni, hasta especialidades con fermentos.
Reconocido entre los mejores 100 del mundo, por The World’s 50 Best Bars (en su lista extendida), ofrece una experiencia que inicia cuando piensas que te equivocaste de dirección, pues desde la calle solo se puede ver una fonda oaxaqueña. Ya que consigues entrar, lo primero que encuentras es la barra, en un espacio de luz tenue y música a un volumen que te permite platicar sin tener que alzar la voz. El nombre de este lugar está inspirado en el cóctel creado por Ada Coleman, considerada la primera mujer bartender.
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El concepto de este bar oculto se basa en el chamanismo y la tradición herbolaria. El ambiente es tranquilo, con música a un nivel moderado y luz tenue. En barra se utilizan ingredientes mexicanos como el jarabe de agave, la hoja santa y el chile manzano.
Se entra por una fuente de sodas, en la que puedes comer una hamburguesa mientras esperas que llegue la hora de tu reservación. El bar, decorado con muebles de terciopelo rojo, ofrece un viaje a los años 30, con coctelería clásica y bandas en vivo de martes a sábado.
En la planta alta del restaurante Niich está Ololo (que significa “reunión” en maya), un bar oculto de reciente apertura. Te recomendamos visitarlo por su decoración y barra.
Además de las bebidas, este bar destaca por su menú de alimentos. Prueba el tiradito de abulón y la cazuela de caracol.
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