¿Te ha pasado que decides cocinar salmón y, en lugar de quedar rosita y suave como te lo esperas queda como chancla, fibroso y seco?

Hay varios trucos para que no te suceda de nuevo y como nos encanta que comas rico te compartimos los más fáciles.

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Lo que debes saber del salmón antes de cocinarlo

Es un pescado azul, esto quiere decir que tiene un contenido significativo de grasa. ¡No te agobies, sí entra en tu dieta! Son 12 gramos por cada 100 de producto y corresponden a ácidos buenos para el cuerpo humano que cumplen funciones como dar mantenimiento al cerebro.

Vive en aguas frías, por eso solo encuentras variedades noruegas, chilenas, de Alaska o lugares con climas extremos.

El salmón, igual que la carne, tiene diferentes puntos de cocción y para que quede al punto necesita tener una temperatura interna de 50 a 60ºC. Esto va a permitir que su textura untuosa en crudo se mantenga ya que está cocido.

Algunos chefs coinciden que los pescados, para mantener sus jugos en el corazón del producto, deben tener una cocción unilateral; es decir, no voltearlos. En gustos se rompen géneros pero lo que sí debes de cuidar es no romper la porción para que no se deshidrate.

En lugares tropicales como México y Centroamérica, consumirlo no es la opción más sostenible pues su transportación deja una huella de carbono importante; una alternativa similar es la trucha salmonada.

¡La piel se come y es nutritiva! Incluso puedes secarla para después freír en aceite. Como resultado tendrás chicharrón de pescado.

Cómo cocinar el salmón

1. Te recomendamos que esté a temperatura ambiente. Si está congelado o demasiado frío, tardará tiempo en cocerse.
2. Sécalo con papel de cocina para asegurarte de que no hay residuos de agua que puedan salpicar y quemarte cuando lo cocines. Sazona con sal.
3. Calienta una sartén a fuego alto y rocía algo de aceite, solo el suficiente para que no se pegue.
4. Te recomendamos cocinarlo con piel para que no se rompa. Si no te gusta, puedes quitarla después. Si el salmón que compraste no la trae, ayúdate de una pala flexible para mantener la lonja entera.
5. Primero cuece el lado de la piel y sella. Notarás que va cambiando de color poco a poco.

Aquí tienes dos opciones:

La primera es bajar el fuego al mínimo, introducir unas hierbas de olor y dejar cocinar por 15 minutos o hasta que esté completamente cocido.

Otra opción es dejar que se cocine a fuego medio -es decir, aquí también debes bajar la llama- y por último voltearlo y sellar la parte de arriba.

Por último, deja reposar por aproximadamente 5 minutos. Esto hará que se concentren todos los jugos en el corazón del producto.

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