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Aprende a hacer composta en casa ¡es más fácil de lo que crees!

Sabemos lo importante que es separar la basura, pero ¿qué pasaría si te dijéramos que los residuos inorgánicos pueden tener una doble vida y ayudar a tus plantitas a crecer mejor? Hablar de composta quizás te haga pensar en proyectos gigantes pero la realidad es que puedes hacer en casa sin muchos esfuerzos.

Hay dos formas de lograr una composta, la fácil  –que parte de tierra y hojas secas– y la no tan fácil (pero aún así, es muy fácil). Como queremos que incursiones, te explicaremos sobre la primera.

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¡A hacer composta en casa!

El abono por composta da a la tierra tres componentes básicos principales: nitrógeno, fósforo y potasio. Entre los beneficios de utilizarla están que mantienen la humedad del suelo, permite el paso de aire, controla la erosión y ayudamos a conservar el ambiente y a aprovechar nuestros desechos.

NECESITAS:

Si tienes un jardín puede ser un hoyo, en caso de que no lo tengas, con un bote de basura con tapa basta. Sólo hay que hacer unas pequeñas perforaciones para que entre aire.

Es importante que contemples tierra, residuos de plantas, ramas, hojas secas y hasta los cartones de huevo hechos pedacitos sirven. Esto la enriquecerá en nutrientes y prevendrá que se llene de bichos.

Finalmente, necesitarás los residuos orgánicos de la cocina. Debes evitar pescado y sus huesos, cítricos, heces fecales, carne, aceite y grasa. Cuando un residuo vegetal sea muy grande -como el olote o la semilla de mango- te recomendamos cortarla para que se deshaga más rápido.

Piensa en la composta como una lasaña de desperdicios: una capa de algo, una encima de otra cosa, más de la primera y así, sucesivamente. La primera deberán ser hojas secas y tierra para que tenga una base sólida.

Acumula residuos orgánicos suficientes y que sean más o menos la misma cantidad de tierra en la primera capa.

Inmediatamente después de eso, asegúrate de cubrir nuevamente con hojas secas, cartones de huevo hechos pedacitos o aserrín. Coloca la tapa y espera a tener suficientes residuos para hacer lo mismo una vez más.

Cuando llenes el contenedor, coloca una última capa de tierra, hojas secas o cartones de huevo en pedacitos y espera un par de meses. Cuando lo abras… ¡voilá! Tienes tierra lista y llena de nutrientes para tus plantas.

Qué residuos sí poner y cuáles no

Cascarones de huevo, semillas, la piel o cáscara de frutos, vegetales y granos; verduras que ya no pudiste comer están echadas a perder son bienvenidos.

Evita los cítricos pues la acidez cambia el pH y no permite que los nutrientes se fijen lo suficiente.

Procura no poner: huesos de pollo, res, cerdo o pescado. Pieles de mariscos, carne cocinada, escamoche –así le llamamos a los residuos de los platos sucios–cuajo de lácteos.

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