El Tequila se produce en México desde la época de la colonia y, desde los años 80 se ha exponenciado su volumen gracias a que el mundo puso los ojos en él.

Cada 24 de julio se celebra su día y, para levantar nuestros caballitos con todo el conocimiento de lo que cuesta producirlo (ya que es prácticamente oro líquido) te explicamos paso a paso qué debe de pasar y qué condiciones necesita el agave Tequilana Weber para convertirse en el destilado que tanto nos gusta.

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Paciencia, el primer ingrediente que produce un buen Tequila

Todo comienza en el campo. Este destilado es originario de los Altos de Jalisco, específicamente de Arandas y el pueblo que le da su nombre, Tequila. ¿Por qué? El suelo aquí es arcilloso y la lluvia no tan abundante como en otras regiones, así que los agaves son la vegetación perfecta.

Hablando de la planta, no puede ser cualquier maguey, se trata de Tequilana Weber o Agave azul. Para que sea productivo debe madurar entre 7 y 10 años de que se plantó; así, su corazón o piña tendrá la estructura y azúcares suficientes.

Una vez que está listo, el agricultor lo sabrá y mandará jimar las pencas. Esto significa quitar todo y dejar solo el corazón. Éste se irá directo a hornear por un par de días para que los azúcares se transformen y sea más fácil el paso que sigue.

Empieza lo interesante: la melaza resultante se fermenta y así obtenemos alcohol. Evidentemente y como todo producto alimentario, sucede bajo condiciones controladas para que no entren bacterias o patógenos.

Ya que tenemos esto, toca destilar pues así se obtiene un alcohol de mejor calidad y se eliminan las impurezas. La norma establece que sea en alambiques de cobre y que suceda por lo menos dos veces.

Una vez que se obtuvo un líquido con no más de 40% de alcohol es posible embotellarse. Existen etiquetas que lo venden así que generalmente son las plata y que antes tenían fama de ser de mala calidad pero esto es falso.

Eso sí, el valor de un buen Tequila en el mercado hoy lo marca su tiempo de reposo en soleras o barricas de roble. Aquí tomará colores dorados y, con ellos, aroma a madera, humo y cuero. Dependiendo del tiempo que pase, la concentración que tendrá el producto final.

Y ¿el cristalino?

Es una variante que sí pasa por reposo en barricas pero también se filtra con carbón activado para regresar a su apariencia traslúcida.

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