Muchas son las bebidas que cayeron en el cautiverio del aluminio: la cerveza, el agua natural, la mineralizada, los hard seltzers…. Y hoy, también ya existe vino enlatado.

El prejuicio sobre la forma en la que viene empacado existe: hubo una época hace no mucho en la que las botellas con rosca significaban, para algunos, un caldo de mala calidad. Pero la tecnología alcanzó a la industria vitivinícola y ahora es posible encontrar muy buen vino enlatado.

Y no, no pierde sus aromas y sabores como probablemente te habrás preguntado. Lo que sí es cierto es que no todas las marcas ni bodegas le apuestan a este formato pues está dirigido a sectores específicos de consumidores.

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Mitos y realidades del vino enlatado

En los últimos años, el vino en lata ha ganado popularidad en el mundo del vino. Esta tendencia ha sido impulsada por la creciente demanda de opciones portátiles y convenientes, así como por la preocupación por el medio ambiente y la sostenibilidad en la industria vinícola.

Esto no es nuevo: enlatar vino comenzó como una práctica en la década de 1960; 30 años después de que la cerveza fuera lanzada en este formato y cautivara los mercados. Sin embargo, el vino no corrió la misma suerte, de acuerdo con The Rise of Canned Wine: A Brief History de VinePair, en aquel entonces, el vino en lata no logró ganar una gran aceptación entre los consumidores debido a la baja calidad de los vinos que se envasaban en ese formato.

A medida que la tecnología de envasado mejoró, la calidad del vino en lata también mejoró. En la década de 2000, algunos productores de vino comenzaron a experimentar con el envasado en lata como una forma de llegar a un público más joven y urbano. A medida que la popularidad de la cerveza artesanal en lata aumentó, el vino en lata también comenzó a ganar terreno.

¿Se va o se queda?

El vino en lata se ha convertido en una tendencia importante en la industria del vino. Las latas son convenientes y portátiles, lo que las hace ideales para actividades al aire libre como picnics, conciertos y festivales. Además, las latas son más ligeras y fáciles de transportar que las botellas de vidrio.

Sin embargo, la cultura de la botella, el servicio y la copa seguirá como formato protagonista de esta bebida. ¿El motivo? De acuerdo con una encuesta realizada por Statista en 2021, el 48% de los consumidores de vino en los Estados Unidos considera que es un producto de lujo y las latas son lejanas a esta percepción.

Entonces, hablamos de la misma industria pero con diferentes canales de distribución. Los jóvenes son el target principal mientras que el formato de botella estará dedicado a bebedores adultos. El vino en lata también ofrece una mayor variedad de opciones para los consumidores. Los productores de vino pueden envasar vinos de alta calidad en latas, lo que permite a los consumidores disfrutar de vinos premium en un formato portátil y fácil de llevar.

OJO, esto no saca de la jugada a los vinos premium de las latas. De hecho, existen marcas de lujo que comienzan a apostar por ellas para ampliar su mercado. De hecho, enlatarlo tiene varias ventajas orientadas a su calidad:

1. Ofrecen una mayor protección del vino contra la luz, el oxígeno y otros factores ambientales que pueden afectar su calidad. Esto mantendría mejor sus notas y perfiles organolépticos.
2. El vino en lata tiene una vida útil más larga que el vino en botella una vez abierto.
3.  Las latas son más ligeras y más fáciles de transportar que las botellas de vidrio, lo que las hace más económicas de enviar.

Y tú, ¿ya probaste algún vino enlatado?