Beber café, al igual que ocurre con el vino, depende de los gustos, las preferencias e incluso del estado de ánimo de cada persona. Lo que para unos puede ser exquisito, para otros puede no serlo. Es algo completamente subjetivo.
El sabor y calidad de un café a la taza no sólo tiene que ver con la forma de prepararlo, definitivamente también influye el tipo de café seleccionado, su región de procedencia, la variedad a la que pertenece o si es una mezcla de diferentes variedades e incluso regiones; la clase de tostado y molido elegidos.
Cómo disfrutar al máximo la experiencia del café
- Compra café lo más fresco posible; si está recién tostado, mucho mejor. Lo ideal es adquirirlo de acuerdo a la cantidad que consumas diariamente.
- Ve probando con diferentes tipos de café, de esta manera irás desarrollando tus habilidades sensoriales para distinguir las cualidades que despliega cada uno e identificar aquellos que satisfagan tus predilecciones y deseos.
- Si optas por café en grano, muélelo justo antes de prepararlo.
- Quizá tengas que hacer varias pruebas hasta dar con el tipo de molido exacto para cada preparación, pero vale la pena.
- Antes de elaborarlo es necesario asegurarte de que la cafetera esté totalmente limpia, sin residuos anteriores pues esto alterará el sabor del nuevo café.
- Jamás reutilices un café ya colado en la preparación de uno nuevo, pues lo único que obtendrás es una bebida muy diluida y de sabor desagradablemente amargo.
- La calidad del agua es esencial para que el café desarrolle todas sus cualidades. Es preferible usar agua embotellada o filtrada, así evitarás olores extraños como a cloro, por ejemplo.
- La proporción estándar café-agua es de una cucharada sopera de café por cada taza de agua. Sin embargo, estas cantidades variarán para ajustarse a tu gusto.
- El café debe tomarse recién hecho, pues conforme pasa el tiempo y se enfría por completo, su sabor y aroma cambian y pueden resultar no del todo agradables. Lo mejor es preparar la cantidad más o menos exacta que consumirás. No es aconsejable recalentar el café ya preparado, pues perderá sus características originales y sabrá a quemado.
- Para mantener la frescura, aroma y sabor del café en grano o molido que no hayas sido utilizado en la preparación, guárdalo en un lugar fresco y seco, alejado de fuentes de calor y luz, así como de productos que desprendan cualquier tipo de olor. Los recipientes de cristal o de cerámica herméticos son buena opción para almacenarlo; procura no utilizarlos para otra cosa que no sea café.