El capuchino —la bebida preparada con café, leche y espuma— nació en Italia en 1900, al mismo tiempo que la máquina de expresos. 50 años más tarde llegaría a Estados Unidos y hoy es un infaltable en las cafeterías. 

Se cree que esta preparación debe su nombre al color café del hábito de los frailes capuchinos; de forma estricta, la palabra puede traducirse como “capucha”. 

¿Ya se te antojó? Preparar un capuchino en casa es más sencillo de lo que imaginas y lo mejor es que se requieren pocos ingredientes. 

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Para hacer un capuchino sin máquina necesitas: leche fría, una carga de café expreso y canela en polvo. 

Y ahora sí, viene la magia. Primero vierte una taza de leche fría en un frasco de cristal con tapa y agita con fuerza por medio minuto. Inmediatamente destapa y mete la leche al microondas por otros 30 segundos para que la espuma se separe del resto del líquido. 

Vierte la leche lentamente en una taza o vaso de cristal, reserva la espuma. Añade el café y, por último, corona con la espuma que reservaste. Puedes decorar y agregar un toque de sabor con canela en polvo. 

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No cabe duda que la práctica hace al maestro, por lo que cada vez será más sencillo preparar capuchinos casi como un profesional.