Acapulco de mis sabores: ¡el mejor libro del mundo! (y más buenas noticias)
“Mejor libro de cocina regional del mundo” ganó el libro Acapulco de Mis Sabores, autoría de Eduardo Palazuelos, en los Gourmand Awards.
La pitaya y pitahaya son frutas exóticas que suelen confundirse por la similitud de su nombre, sin embargo, tienen diferencias en forma y sabor.
Hay que comenzar diciendo que ambas crecen en América Central y en México y, sí, las dos pertenecen a la familia de las Cactaceae. No obstante, la pitaya proviene del género Stenocereus, mientras que la pitahaya es del Hylocereus.
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En apariencia son muy distintas. La pitahaya proviene de un cactus, pero no tiene espinas; es de color rosado y su pulpa puede ser rosa, blanca o amarilla con semillas negras. También se le conoce como “fruta del dragón” por su hábito de crecimiento trepador. Su nombre proviene del antillano y significa “fruta escamosa”
Por otra parte, la pitaya es una fruta cubierta de espinas; su forma es ovoide semiredonda y su pulpa es de color blanca, roja, amarilla, morada o roja, mientras que la cáscara es de color oscuro.
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El sabor de la pitaya es dulce, a diferencia de la pitahaya, cuyo gusto suele ser más sutil.
Tanto la pitaya como la pitahaya cuentan con propiedades nutrimentales, como vitamina C y B, además de que son fuente de potasio, hierro, calcio y fósforo.