Cómo limpiar y mantener en perfecto estado tu sartén de hierro fundido
¿Te ha pasado que se ve oxidado o muy opaco? Aquí te van unos tips para limpiar y mantener en perfecto estado tu sartén de hierro fundido.
Decantar un vino es asunto que levanta polémica. Hay quienes piensan que sencillamente se trata de cuestión de pose o moda. Otros lo consideran imprescindible para potenciar las cualidades de un vino. Para la mayoría, en cambio, suele ser todo un tema que genera cualquier clase de preguntas: ¿cuándo decantar un vino?, ¿todos los vinos se decantan?, ¿cómo hacerlo?
Estrictamente hablando, decantar se define como separar un líquido del poso que contiene, vertiéndolo suavemente en otro recipiente. Aunque el concepto resulta claro, no despeja del todo las dudas; incluso las vuelve más complejas al añadir el término poso.
Los posos son sedimentos que habitualmente se encuentran en vinos muy viejos. Su presencia es algo natural y no significa que un vino haya sido adulterado, esté en mal estado o sea dañino para la salud; más bien pueden entorpecer la degustación. Eliminarlos, por tanto, es una de las razones para optar por la decantación.
La otra gran ventaja al decantar un vino es oxigenarlo, es decir, permitirle respirar para que sus aromas y sabores afloren o se suavicen, sobre todo en el caso de aquellos vinos muy potentes.
Por regla general, los vinos blancos y rosados no suelen decantarse. Los que sí pueden someterse a este proceso son los tintos jóvenes para airearlos, disminuyendo así la sensación de aspereza y astringencia en boca; aunque no es aconsejable oxigenarlos más de 20 minutos en el decantador.
Si se trata de vinos tintos guardados durante largo tiempo, la decantación es necesaria para apartar los sedimentos. Muchos expertos no recomiendan decantar vinos tintos muy añejos, tipo reserva o gran reserva, pues consideran que rápidamente pierden aromas.
Lo primero, antes de decidirte si decantar un vino o no, es servir un poco en una copa. Observa a contraluz su color, percibe sus aromas y pruébalo. Esta operación te ayudará a determinar en qué estado se encuentra. Si concluyes que el vino puede ser decantado y no tiene posos, vierte la botella con suavidad en el decantador, deja reposar algunos minutos y cátalo.
Si tiene posos, no agites la botella, vacíala continuamente pero despacio en el decantador, vigilando que no caigan en él los sedimentos; deja reposar algunos minutos y pruébalo. Por último, ten en cuenta que la decantación debe hacerse máximo dos horas antes de servir el vino y este debe consumirse el mismo día.