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Dulcería Calle Real, en Morelia: 182 años de antojo

Foto: Facebook

¿Quién no disfruta de un buen ate de membrillo, unas morelianas o unas frutas cristalizadas? En Morelia, la cocina dulce es tan importante como la salada y representa mucho del paisaje gastronómico de la región. Para comprobarlo, basta con echar un vistazo a la Dulcería Calle Real, que desde 1840 preserva las recetas originales de los conventos y cumple los antojos de quien cruce sus puertas.

Al entrar, el aroma a azúcar y fruta inunda el espacio. Estantes con cajitas curiosas, pepitorias de colores, muéganos, borrachitos y toda suerte de confitería dan la bienvenida no solo a una tienda de dulces sino a un museo dedicado a ellos.

Ya dentro, distintos escenarios cuentan una dulce historia: la tradición conventual de Morelia en la elaboración de distintas conservas de frutas. Esta costumbre existía desde épocas prehispánicas; sin embargo, la evangelización trajo consigo también técnicas culinarias y diferentes ingredientes que enriquecieron a la región y crearon una cocina mestiza.

La dulcería Calle Real

Como la mayoría de los negocios longevos, este local, ubicado en el número 440 de Avenida Madero proviene de una familia que se ha dedicado por generaciones al oficio de la confitería. Era 1840 y Marcial Martínez fundó la tienda en el portal justo frente a la Catedral de Morelia bajo el nombre de “El Paraíso”.

A lo largo de 182 años y con algunos cambios como su nombre y las personas que la dirigen, la Dulcería Calle Real ha recopilado recetas que recogen la historia gastronómica de nuestro país; como ellos mismos aseveran, son invaluables tesoros de la fina dulcería moreliana que se funden con los frutos de nuestra tierra y el refinamiento de la pastelería francesa. Justo por eso, también empezaron, años después, el Museo del Dulce en el mismo inmueble.

Dulcería La Calle Real

La región de Morelia es fértil y abundante. Se producen igual frutos, vegetales o ganadería, haciendo que los ingredientes sean más que diversos. Gracias a eso, la imaginación no ha tenido límites y se han creado recetas como la cajeta -que si bien tiene su epicentro en Celaya, también se produce en Michoacán-, los chongos zamoranos, las doraditas y los rollos de fruta.

En La Calle Real la especialidad son los ates de membrillo; el Museo del Dulce, el proyecto paralelo, también está dedicado en buena parte a explicar cómo se logra esta delicia. Al fondo, una cocina tradicional está siempre funcionando con las cazuelas de cobre llenas de membrillos al fuego para lograr hacer la pasta que les dará cuerpo.

Dulcería La Calle Real

Un homenaje a México

La Calle Real también evoca a los dulces de otras regiones como los camotes de Puebla, las charamuscas de Guanajuato; los jamoncillos y glorias de Nuevo León o los rollos de guayaba de Aguascalientes. Aquí todo lo dulce tiene cabida, pero se enaltece principalmente el acervo culinario michoacano que se esconde detrás de cantera rosa y cúpulas imponentes.

Cuando vayas te recomendamos sin duda probar los ates y las morelianas. También date una vuelta por la tienda y deja que el antojo sea guía para descubrir el encanto de la dulcería La Calle Real.

Dirección: Av. Madero Oriente #440 col. Centro

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