Es un término que todos hemos escuchado pero quizá solo tenemos una idea de lo que significa o no sabemos realmente la importancia que esta “estampa” le otorga para los diferentes productos y alimentos. Cuando un producto tiene una indicación geográfica utilizada en un origen concreto, cuyas cualidades, reputación y características se deben esencialmente a su lugar de origen, esto se conoce como denominación de origen.  La indicación geográfica generalmente corresponde al nombre del lugar de origen de los productos. Estas normas son reguladas por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, OMPI, fundada por las Naciones Unidas en 1967 en Ginebra, Suiza.

La razón de ser de estas normas es para proteger y mantener algún proceso o tradición de un lugar específico para evitar su plagio y cuando un producto cuenta con denominación de origen, su calidad está certificada y puede comercializarse mejor que otros similares.

Dicha protección pueden solicitarla los gobiernos estatales, municipales o las asociaciones de productores. Algunos de los requisitos son que el solicitante debe dedicarse a la extracción, producción o elaboración de los productos protegidos por la denominación de origen, además de realizar dicha actividad en la zona geográfica establecida para eso.

En el caso de los productos mexicanos existen 16 productos que cuentan con la denominación de origen vigente: