Conocido por todos como el lugar de la comida exótica, el mercado de San Juan es un spot turístico que vale la pena la visita pausada para comer en alguno de los lugares y puestos que ofrecen experiencias genuinas. ¿Cuáles valen la pena? Esta es una gran pregunta.

Y es que, si te das una vuelta y eres chilango de corazón, te darás cuenta de que, al paso del tiempo, muchos han sido los vivos que imitan u ofrecen alimentos que no necesariamente son tan ricos, o tan buenos, o coinciden con la vocación del lugar.

Al Mercado de San Juan Gourmet lo resucitaron por ahí del año 2000, cuando algunos nombres de chefs que comenzaban a sonar platicaron que hacían sus compras ahí (aunque la mayoría ya no lo hace). En esta ola estaban Enrique Olvera, Pablo San Román, Sergio Camacho.

Aquí encuentras desde lo más común: manzanas, limones, pollo, chiles… La cosa se pone buena con algunas cosas fuera de lo ordinario. ¿carne de serpiente? ¡Claro, pásele por acá! ¿bacalao negro? ¡También! ¿Cuánto le damos? ¿Escorpión cubierto con chocolate? Ok, eso también hay, aunque nuestra retroalimentación no es tan optimista. Eso sí, hay insectos endémicos que sí forman parte de nuestra cocina.

TE INTERESA: SEIS MERCADOS EN CDMX PARA COMER DELICIOSO

Lugares para comer: los mejores puestos del Mercado de San Juan

El Puerto de Alvarado

En el área de pescados y mariscos hay una pescadería del mismo nombre donde encuentras productos frescos, de temporada y fuera de las clásicas especies que siempre comes. En frente encontrarás un cubículo pequeño donde ellos mismos transforman el sabor a mar y ofrecen sashimis, almejas, ceviches, cocteles y muchas más delicias.

Te recomendamos pedir: las almejas chocolatas rasuradas cuando están en temporada. También el ceviche de pescado y las tostadas de atún.

El Gran Cazador

En tu paseo por el Mercado de San Juan te darás cuenta de que hay muchos lugares donde venden carnes exóticas no solo para comer sino para llevar a casa. Te ofrecen león, cocodrilo, oso, coyote, búfalo y hasta serpiente, pero ¿cómo comprobarlo? ¿Será legal? De todos los sitios, El Gran Cazador es el que tiene especies reguladas y bastante frescas.

También aquí tienen especies de insectos comestibles que no aparecen en todos lados, como las hormigas mieleras, que son una variedad que come resina de los árboles y algunas comunidades en el Interior del país usan como endulzante. Esto, solo en temporada.

Te recomendamos pedir: las tostadas de hormiga chicatana, escamoles, los tacos de Rib Eye, el lechón y el conejo (para llevar y cocinar en casa)

Gastronómica San Juan

La historia del Mercado de San Juan tiene que ver con la comunidad de españoles que llegaron a México a mitad del siglo XX huyendo de la guerra civil en su país. Varios se establecieron en el centro de la ciudad, específicamente en las calles aledañas, así que muchos se hicieron de puestos donde vendían tapas, embutidos, charcutería y especialidades que les recordaba a su nación.

Este nos encanta porque tiene quesos y jamones mexicanos, no solo el clásico manchego español que tienen todos los demás. Aquí encuentras interpretaciones muy dignas de provolones producidos en Querétaro, Cotija no tan salado, mimolette, ramonetti, Chihuahua, quesillo y varios más.

Te recomendamos pedir: una tabla de quesos mexicanos. Eso sí, el vino no es bueno.

Las Tapas de San Juan

Este es un puesto más clásico que recuerda, también, a los orígenes de la tradición de tapeo en el Mercado de San Juan y sus lugares para comer.

Aquí encontrarás jamones, lomo canadiense, chorizos de Pamplona y quesos de todos los estilos. Puedes pedirlos en baguette, tapa o platón, para probar de todo.

Te recomendamos pedir: baguette de mozzarella y prosciutto. El vino aquí tampoco cumple.

El Mercadito Peruano

En la zona de comida preparada no solo hay fondas con guisados, también una joya escondida que sirve especialidades peruanas sobresalientes.

Te recomendamos pedir: El arroz con mariscos y el ceviche peruano.

Café Triana

Pablo trae granos typica, (de la familia de las arábigas de altura) de Veracruz y ellos son el alma de esta barra de café de especialidad que es perfecta para terminar el tour.

Te recomendamos pedir: un macchiato o un latte. Si no te gusta la leche, con un espresso doble quedarás más que feliz.