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Pesca ilegal en México: qué es y por qué importa

¿Sabías que, según OCEANA, el 50% de los productos del mar que se consumen en México provienen de pesca ilegal? Independientemente de si se comen en restaurantes de manteles largos o se compran para cocinarlos en casa de un supermercado, esta realidad existe y se debe tratar para no acabar con las especies de nuestro litoral.

Por: Manuel Sarmiento, miembro activo de Pesca con Futuro.

Este es un país asombroso en innumerables aspectos: biodiversidad, cultura, gastronomía, lenguas, artesanías y tantos otros aspectos que nos hace ser orgullosos de lo nuestro. Por ejemplo, un dato sorprendente que normalmente no se considera dentro de las maravillas nacionales es que posee el mayor litoral de América Latina.

Pesca irregular vs. ilegal en México ¿son lo mismo?

Con esa enorme extensión de costas la pesca solo aporta el 0.06% de la actividad económica del país; entonces, la pregunta natural es: ¿Por qué la pesca no es económicamente más importante?

Para contestar esa pregunta debemos ver varios aspectos; es un problema complejo que abarca aspectos biológicos, ambientales, sociales, económicos, tecnológicos etc., pero sin duda uno de los principales obstáculos para su desarrollo son la pesca irregular e ilegal.

Aparentemente ambas cosas son lo mismo: extraer organismos marinos (peces, crustáceos, moluscos etc.) sin cumplir con las leyes. Sin embargo, vale la pena destacar la diferencia, que quizá desde el punto de vista de un abogado no exista, pero desde el punto de vista social sí.

La pesca irregular es aquella hecha por pequeños pescadores enfocada más a la subsistencia, basada en la tradición de bisabuelos, abuelos y padres pescadores. Esta actividad no se contabiliza ni se registra y por tanto no entra en las estadísticas; no se hace con la intención de socavar el marco legal sino de comer y subsistir, pero a su vez, naturalmente explotan un recurso por el que compiten con la pesca de mayor escala.

La pesca ilegal, que igualmente se hace al margen de la ley, es una operación criminal de mediana o gran escala con el fin de ganar dinero, normalmente pescadores se organizan para entrar en áreas protegidas o espacios asignados a otras personas por medio de permisos legales de pesca, para robar especies valiosas como el pepino de mar o la almeja generosa.

Esa operación normalmente cuenta con canales de comercio del producto a menudo para ser vendido dentro y fuera del país.

Cómo se regula la pesca en México

La autoridad mexicana en pesca, la CONAPESCA (Comisión nacional de Pesca y Acuacultura) es la responsable de asignar a cada pescador (o empresa) que lo solicite una autorización para pescar determinada especie en un sitio particular. Eso lo puede hacer ya sea dando un “permiso de pesca” (el más común) o asignando una “cuota de pesca”.

El primero es la autorización a una persona o agrupación para que salgan a pescar con una cantidad determinada de barcos y de pescadores durante un tiempo preciso en un lugar determinado; con ello calculan cuántas toneladas pueden extraer según el tamaño y cantidad de barcos.

La cuota de pesca es la cantidad determinada de kilos de organismos que pueden pescar de cada especie (sin importar con cuantos barcos), con base en cuantos organismos hay en la zona donde se está pidiendo la autorización.

Ahí empiezan lo complicado: los organismos se mueven, por lo que es bastante difícil saber la cantidad hay en un lugar y en un momento determinado. A pesar de ello, hay estudios en actualización constante, con la suficiente precisión para poder dar permisos o cuotas de pesca de cada especie con el afán de poderlos explotar racionalmente cuidando los recursos para el futuro.

Aquí es donde la pesca ilegal se visibiliza, ya que extrae organismos de zonas que ya tiene sus permisos o cuotas de pesca asignadas según su capacidad; sin embargo, están pescando muchos más kilos de lo que en teoría se deberían extraer, y el resultado es una sobreexplotación del recurso.

Los impactos de la pesca ilegal

¿Qué tan grave es? Digamos que escandalosamente grave. El resultado de ello es que el 84% de las especies que se pescan lo están siendo al límite de su capacidad o están sobreexplotadas. Se calcula que la pesca ilegal representa entre un 45 a un 90% adicional a la producción legal oficial.

También hay consecuencias ambientales enormes y evidentes: nos estamos acabando y muy rápido los recursos biológicos del mar; pero también tiene graves consecuencias sociales ya que los pescadores de subsistencia (los irregulares y los que no), no encuentran que pescar generando frecuentemente conflictos entre ellos.

En palabras de un pescador artesanal de camarón de Sinaloa: “Un pescador legal obtiene entre 5 a 6 kg en una jornada, mientras que quien practica la pesca ilegal en una noche puede extraer 12 kg en las costas de México”.

Esto genera un circulo vicioso, los pescadores pierden ingresos por cada vez menos pesca que, además, al ser legales implica mayor costo; esto hace que se vuelva cada vez económicamente más atractivo ser ilegal para mantener sus ingresos; además, se agrava la sobreexplotación del recurso.

Algunas respuestas al problema

En esta actividad, como en todas, le legalidad es la garantía mínima de convivencia entre las personas y sus intereses y de cumplirse se benefician todas las partes, pero, ¿Cómo hacemos para que en una actividad tan compleja como la pesca eso suceda?

No es una respuesta fácil, pero hay acciones claras que serían beneficiosas. Primeramente, desde el punto de vista gubernamental, reforzar el otorgamiento de permisos y cuotas basadas en estudios científicos.

Mejorar la aplicación de la ley; esto implica tecnología de vigilancia para el cumplimiento de las cantidades a pescar asignadas, crear una “policía del mar” eficaz; organizar y regular vigilancias comunitarias en zonas alejadas; sanciones adecuadas que también sirvan para desalentar actividades ilegales y lograr una mejor coordinación entre instituciones relacionadas con el mar (CONAPESCA, SEMAR, PROFEPA, CONANP).

Desde el punto de vista del mercado y consumidores podemos y debemos colaborar.

El poder de una compra informada puede ser muy grande ya que si hay productos ilegales es porque hay quienes los compran.

Hoy se hacen esfuerzos de concientización y educación sobre el consumo de especies manejadas responsablemente, como Pesca con Futuro. Este movimiento busca informar y educar a los consumidores para evitar estimular la pesca ilegal en México mediante su consumo.

Como siempre, la decisión final es de la persona; si la disposición a pagar también considera el origen del producto podemos avanzar mucho, aunque no vivamos cerca del mar.

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