La gastronomía mexicana es conocida por ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y por plasmar la unión de diversas culturas en distintos platillos y presentaciones. Uno de los platos más populares y emblemáticos en México, es el mole, el cual se comenzó a preparar en la época prehispánica y, a lo largo del tiempo, se ha ido transformando y adaptando su receta. Actualmente existen distintas variedades y técnicas para prepararlo.

Por: Ximena González Garza

El mole consiste en una combinación de ingredientes que se unen para crear una salsa espesa principalmente a base de chile y distintas especias. Puede ser acompañado de distintos guisos y proteínas como el tradicional pollo con mole o romeritos y enmoladas. 

Existen distintos tipos y colores para un mismo platillo, entre estos: el mole poblano, el mole blanco, el mole rosa, el mole verde. Estas varían dependiendo de los ingredientes que se utilicen para su preparación, se dice que hay más de 50 variedades. 

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¿Cómo se prepara el mole blanco?

En el caso del mole blanco, también conocido como “mole de novia”, principalmente se utilizan piñones blancos, almendras sin piel, pasas güeras y cacahuate, lo que le da su distintivo color blanco. Algunos de estos ingredientes pueden llegar a ser costosos. Por esta razón se acostumbra servirse en ocasiones especiales, celebraciones y en bodas, de ahí  el otro nombre que recibe.