Ya sea que visites la sucursal de la colonia Cuauhtémoc, la de San Ángel o la de la Juárez, algo tienes por seguro: en Quebracho comes bien, sin tanto espectáculo y a precios bastante accesibles.

Se trata de un restaurante de carnes argentinas donde el vino corre con alegría pero no deja de lado el ambiente familiar. Si bien puedes sentarte en una comida de negocios, sus paquetes incentivan también a visitarlo los fines de semana. Este año cumple 18 años así que ya tienes un motivo para ir a conocerlo.

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Un día en las mesas de Quebracho

Hay más de 50 etiquetas de vino en cada sucursal y Quebracho tiene la propia que rinde homenaje a la uva argentinas: Malbec. Puedes abrir boca con ella o con alguna de sus opciones de aperitivos y cocteles.

Recuerda una cosa: la comida argentina suele ser pesada. Una primera recomendación es pedir algo verde como una ensalada o vegetales al grill. Cumplida la cuota, ahora sí, ¡a disfrutar lo mejor!

La entrada más popular de estos restaurantes es tan sencilla como compleja. Sobre una sartén de hierro fundido se sella, con algo de aceite y durante siete minutos por lado, un queso provolone ahumado. El resultado de la habilidad del cocinero es lograr una costra alrededor que va excelente sobre un poco de pan o acompañada con tomates.

Esta provoleta es legendaria y es difícil que quien no guste del queso no la disfrute. Junto con el abanico de opciones para rellenar las empanadas, esta es una excelente manera de abrir boca.

Hablemos de la carne. Tiene un cuidado proceso de transformación que comienza con una cadena de frío desde la compra. lo cual asegura un sabor, frescura y texturas muy buenas. Quebracho es un buen lugar para buscar asados de tira, vacíos o bifes de chorizo, pero también hay cortes estilo americano como el Rib Eye o el Porterhouse.

La sugerencia del chef es pedirla al punto, es decir, entre término medio y tres cuartos, de tal suerte que se concentren sus jugos en el corazón y no quede demasiado cruda. Sin embargo, en gustos se rompen géneros así que pídela como más te guste.

Todas las órdenes vienen con chiles toreados y cebollitas cambray asadas; como guarnición ofrecen papas a la francesa, camotes, ensalada y puré de papa.

Para cerrar con broche de oro y con la nostalgia del bandoneón de un tango, nada como el alfajor. Una versión individual cuya masa se deshace en la boca y armoniza excelente con el dulce de leche y las nueces picadas que lo decoran.

Información

Mira aquí la dirección de las sucursales aquí.

Cheque promedio: 800 pesos.