El típico cliché para una buena cita, reunión con amigos o hasta un picnic siempre involucra queso y vino, pero ¿cómo hacer que el maridaje funcione?

Lograr la armonía perfecta no solo dará una experiencia sensorial sino que también te permitirá conocer sabores nuevos y combinaciones que pareciera que no tienen sentido pero pueden gustarte mucho.

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El maridaje explicado con vino y queso

De acuerdo con los expertos, el maridaje tiene que ver con la armonización de un alimento con una bebida: es lograr algo equivalente al matrimonio pero puesto en el plato, donde cada producto saque sus mejores características y, al mismo tiempo, potencie las del otro.

Es muy común empezar con vinos y quesos, aunque los universos de ambos son posibilidades infinitas. Lo primero que debes saber es que las combinaciones no son reglas que están escritas en piedra; más bien deben acomodarse a tus gustos y lo mejor es que pruebes, pruebes y pruebes.

Para maridar correctamente debes primero dar una mordida al trozo de queso, paladearlo y reconocerlo solito. Sin tragar, da un sorbo a tu copa de vino y pon atención a las sensaciones que te provoca cuando están juntos. ¿Estás salivando? ¿Se corta la grasa del queso? ¿Es buena la mezcla? Estas respuestas también son personales.

Te presentamos 10 posibilidades que, por complementación quedan muy bien. ¿Qué otra nos recomiendas?

• Vino blanco con crianza: con notas a mantequilla, untuosidad y aromas a nueces va bien con queso gouda.
• La frescura del vino rosado  empata muy bien con quesos frescos como el ricotta o el requesón.
• Tintos con crianza, de los que tienen aromas a cuero, madera, humo y sabores a frutos rojos o especias, quedan muy bien con quesos manchegos curados de oveja.
• La uva Chardonnay –que generalmente se encuentra en vinos blancos jóvenes y es fresca con sus notas dulces empata excelente con quesos brie y camembert.
• Los vinos blancos con guarda de más de seis meses van muy bien con quesos fuertes que también estuvieron en bodega por largos periodos. Nos suena el Parmigiano Reggiano, el Cotija o el Idiazábal.
• Los tintos con Gran Reserva –es decir, más de 12 meses de barrica– maridan bien con quesos igual de fuertes como la torta del Casar o el Taleggio.
• Los tintos jóvenes, esos. cuyos sabores son de fruta fresca y tropical, van muy bien con quesos como el Morbier y también con opciones mexicanas como el Chihuahua.
• El vino naranja nos gusta por ser el punto medio entre el blanco y el tinto, así que marida bien con quesos como el mimolette o el emmental.
• Nos gusta la uva Sauvignon Blanc, que hace tintos jóvenes muy buenos, para maridar queso fresco de cabra.
• Los tintos con crianza van bien también con quesos como el provolone, cuyas notas ahumadas hacen toda una armonía.

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