¿Amante de las conchas? Estas son las más ricas de CDMX
Si eres amante de las conchas, llegaste al lugar indicado. Aquí te llevaremos a conocer nuestros spots favoritos para probarlas en CDMX.
El jamón es un producto estrella de la gastronomía europea, y como en todo, también hay diferentes tipos y calidades aunque su apariencia es parecida. Sin embargo, las diferencias entre el jamón serrano, el ibérico y el prosciutto están marcadas por la raza de cerdos y su denominación de origen.
¿Cómo distinguirlos? Te contamos las características de cada uno así como los perfiles de sabor y las mejores maneras de comerlos.
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Esta variedad proviene de cerdos de raza blanca que son alimentados con piensos (compuestos) y criados en granjas o establos donde permanecen recluidos. Su nombre proviene del lugar donde se cura, pues regularmente sucede en la sierra: tierras altas con clima frío para favorecer la curación de la carne. Actualmente existen tres denominaciones de este producto:
Puedes identificarlo por su color más intenso en comparación con el resto de los jamones y un fuerte sabor salado, causado por el proceso de salazón y curación. Ambas características hacen muy notorias las diferencias entre el jamón serrano, el ibérico y el Prosciutto.
Este proviene de cerdos de raza endémica del suroeste de Europa cuya característica visual son las patas color negro. Existen seis regiones en España con denominaciones de origen aunque coinciden en lo primordial: un producto untuoso, de salazón moderada y sabores intensos.
El primer factor de diferenciación del ibérico con los otros jamones curados tiene que ver con la alimentación:
En cuanto a sus características, el ibérico tiene un tono más suave y un aroma intenso, al igual que su sabor, por lo que es fácil percibir las diferencias entre el jamón serrano, el ibérico y el prosciutto.
Italia también tiene una tradición de salar y curar patas de cerdo aunque aquí le llaman prosciutto cuya traducción directa es jamón. Su proceso de fabricación puede durar entre nueve meses y dos años según el tipo y para iniciar la producción, el peso del cerdo –de raza Large White, Landrance o Duroc–, debe alcanzar mínimo los 160 kilogramos. Esta es una de las diferencias entre el jamón serrano, el ibérico y el prosciutto.
Estos jamones se curan en menos porcentaje de sal en comparación a la Península Ibérica y por ello presentan notas más dulces. Además, se cubren con cebo en la guarda para mantener una carne concentrada en sabores y aromas.
Actualmente existen 10 denominaciones de origen de prosciutto, sin embargo dos de ellas destacan en el mundo:
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