Definitivamente las Neverías Roxy son de gran tradición en la CDMX. Los recuerdos de las primeras sucursales en la Condesa no hacen más que enriquecer el sabor de las nieves y helados que se sirven en las ahora nueve tiendas. Pero a pesar de que esta nevería tiene identidad capitalina, su historia comenzó en Guadalajara. 

Neverías Roxy inicia desde la nostalgia; desde los recuerdos que su fundador, don Carlos Gallardo, guardaba de los helados de limón de color blanco que compraba en la Barca, Jalisco. E inspirado en esos helados y nieves sin colorantes o saborizantes fue que don Carlos concibió la nevería Roxy, que tuvo su primer hogar en el portal de un cine en Guadalajara. 

Te puede interesar: 5 cafeterías de especialidad en CDMX

Cuando el cine cerró, don Carlos se mudó a la CDMX y abrió Roxy en la sucursal que conocemos ahora, en Mazatlán y Fernando Montes de Oca, en la Condesa, misma que comenzó a operar en 1946. Ahí, don Carlos despachaba y su esposa María Luisa Rubio preparaba los helados, las nieves y las mermeladas que conquistaron los paladares y corazones de todos los capitalinos que se daban cita. 

Neverías Roxy, un negocio familiar

Hoy, Roxy sigue siendo una empresa familiar; los descendientes de doña María Luisa y don Carlos son quienes operan este negocio. Las de toda la vida, ubicadas en la Condesa, conservan el aire de una fuente de sodas de los años cincuenta, y las sucursales que abrieron en fechas recientes mantienen el espíritu que hoy nombramos como retro en su decoración. 

Te puede interesar: Corazón Roto, la nueva heladería Gourmet en la Roma 

Pero también se mantiene la columna vertebral de la nevería: el uso de productos naturales. Nada de colorantes, conservadores, saborizantes o pulpas de frutas. Y eso nos hace regresar a Roxy para encontrar, fácilmente, las mejores nieves y helados de la CDMX. 

¿Más sobre CDMX? Puedes ver nuestras recomendaciones de restaurantes y hoteles.