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¿Infusión o té? Parecidos pero no iguales

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Seguramente en algún momento te has cuestionado porqué la oferta incluye tés e infusiones si en apariencia son lo mismo. Bajo la consideración de que la infusión es la bebida que se logra a partir de la combinación de agua caliente con flores, frutos, plantas o su presentación en bolsitas comerciales e incluso café, entonces la distinción no existiría pero la gran diferencia radica en su origen.

Como es bien sabido, la costumbre del té nos fue heredada por los chinos, quienes desde tiempos ancestrales acostumbraban agregar hojas de la planta de té –Camellia sinensis– proveniente del sur de China y Asia, para imprimir cierto sabor al agua hirviendo. Básicamente, el es la preparación que resulta de la reacción de dicha planta sometida al calor del líquido; es decir, una infusión hecha exclusivamente con la Camellia sinensis.

La planta de té es considerada como una de las principales dentro de la herbolaria tradicional china. De esta especie de arbusto silvestre se obtiene, según su proceso y grado de oxidación, lo que conocemos como té verde, negro, blanco, pu-erh o rojo, amarillo y oolong o azul.

Infusiones herbales o tisanas

Si bien por tradición debe prepararse con las hojas, hoy tenemos versiones comerciales que permiten consumirlo con mayor practicidad, sin que por ello deje de ser un té, pues aún conserva su origen y contiene teína, equivalente a la cafeína, principales características que lo distinguen de infusiones derivadas de flores o frutos.

Procedente de un supuesto tónico medicinal, el té fue adquiriendo cierto prestigio y mística al punto de convertirse en ritual el momento de beberlo. Legado al mundo a través de las rutas comerciales con Europa, Asia y América, en la actualidad se cultiva en muchos otros lugares y ocupa el tercer lugar del consumo apenas por detrás del agua y el café; cada región o país guarda sin embargo ciertas tradiciones en la manera de beberlo, por ejemplo con alguna cáscara de cítrico o leche, entre otras.

Parte de esta cultura de consumo forman también las infusiones herbales, o propiamente dicho tisanas, producidas al introducir en el agua caliente sin punto de ebullición, hojas, flores, frutos, cortezas, o semillas de diversas plantas o flores. Entre las más comunes están la menta, hierbabuena, manzanilla, mate, frutos rojos, plantas medicinales y una amplia variedad de mezclas, resultado de la creatividad de quien busca degustar una original infusión.

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