Festival de la trufa en Quattro: el mejor pretexto para una rica comida italiana
Durante diciembre y enero está el festival de la trufa en Quattro, un gran motivo para disfrutar cocina italiana auténtica.
Maridar quesos y vinos es más fácil de lo que parece. No necesitas un conocimiento profundo de vinos y regiones vinícolas para comprender las reglas básicas de la armonización de estos productos que –dicho sea de paso–, suelen aparecer juntos en reuniones y eventos sociales.
Por eso, y porque queremos que te desenvuelvas con confianza en las reuniones, te compartimos seis consejos para que tengas en mente al momento de maridar quesos y vinos.
Esta es la regla más importante y la que nunca debes ignorar pues de eso dependerá el éxito del maridaje. Como regla general, los vinos con más de 14.5° de alcohol son más intensos y maridan mejor con quesos fuertes, mientras que los vinos de menos de 12° van mejor con quesos de sabor suave y delicado.
Por ejemplo, un Pinot Noir va perfecto con un Gruyere y un Malbec acompaña muy bien un queso de vaca añejo o un Gouda.
Mientras más añejo es un queso menos líquido tiene, por lo que su sabor se intensifica. Por ello este tipo de quesos se acompañan muy bien con vinos tintos, ya que el contenido de grasa en el queso contrarresta los taninos elevados del vino. Para mejores resultados se sugiere un queso que tenga por lo menos un año de añejamiento. Para maridar quesos y vinos de este tipo, las opciones ideales son los Gouda, Gruyere, Chedar, Manchego, Provolone y Parmesano.
Los vinos dulces o de postre –como el Moscato o el Late Harvest–, combinan muy bien con quesos de olor fuerte, con corteza dura y vetas azules. La razón es simple: el dulzor del vino ayuda a balancear el sabor fuerte del queso e incluso le da una textura más cremosa. El Roquefort es una variedad perfecta para este ejercicio.
Los vinos espumosos tienen alta acidez y suelen ser muy carbonatados por lo que funcionan como un buen limpiador del paladar. Estas características los convierten en la pareja ideal de quesos como el Brie y el Camembert que se caracterizan por ser cremosos y adherirse al paladar.
Aunque no aplica siempre, este consejo rara vez falla. La mayoría de las veces debes confiar en que los productos de las mismas regiones se llevan bien entre si. Por ejemplo, un Sauvignon Blanc combina a la perfección con un queso de cabra, ya que ambos son del Valle de Loire en Francia. La misma regla aplica con un Garnacha maridado con queso Manchego; ambos son de Castilla, España.
Si desconoces qué vinos van a ofrecer en la reunión, o no tienes idea cómo maridar el vino que escogiste, ve a la segura: elige un queso firme pero de sabor suave como el Suizo, Gruyere, Gouda y Emmental.
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