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¿Ya conoces las coles de Bruselas? Disfruta de sus beneficios y aprende a cocinarlas

Las famosas coles de Bruselas son parte de esos alimentos extraordinarios con las que nos amenazaban de pequeños, junto con el hígado encebollado, para que nos comiéramos todo lo que había en nuestros platos. Alguna vez de niño, me vi obligado a comerme una y recuerdo que no me gustó y pensé en jamás volverlas a probar. Años después, me las ofrecen en casa de un amigo y al no poder rechazarlas me vi nuevamente obligado a comérmelas y para mi gran sorpresa estaban deliciosas. Con esta revelación descubrí que las coles de Bruselas tienen un sabor difícil de combinar y es por eso que a muchos no les gustan. Al investigarlas un poco más descubrí que, aparte de tener un sabor delicioso, son muy importantes para tener una buena salud: ¡hasta ayudan a reducir ronquidos!

Son verduras de la misma familia del brócoli y la coliflor, y cuentan con diferentes vitaminas como la C y E, junto con minerales benéficos a la salud.  De igual forma contienen altas cantidades de calcio y vitamina K, las cuales mantienen la densidad de los huesos y ayudan a tener los dientes en buen estado. Como si fuera poco también poseen hierro, el cual nos aporta una gran cantidad de energía y ayuda a contrarrestar casos de anemia, mientras que al mismo tiempo mejoran nuestra función digestiva. Al igual que otras verduras, contienen antioxidantes que suben nuestras defensas para protegernos contra enfermedades incluyendo la artritis, reumas y hasta el cáncer. Siempre es bueno tener las defensas altas y más en estas épocas de gripe y alergias.

Se suelen consumir en otoño e invierno ya que son los meses de mejores cosechas. En México las encontramos en la mayoría de los supermercados, congeladas, durante todo el año y son ideales para acompañar a una gran variedad de platillos ya sean con carne o vegetarianos. Tienen un alto nivel de proteína y esto da la sensación de satisfacción al comer una pequeña cantidad, lo cual las hace ideales para reducir porciones, si estamos a dieta.

Son muy versátiles en su cocción, ya que se pueden comer al vapor, salteadas, rostizadas y hasta al carbón. Si cuentan con un sabor naturalmente amargo pero se contrarresta al momento de cocinarlas. Mi receta favorita es muy sencilla de hacer y queda deliciosa. Parto las coles de Bruselas a la mitad y las pongo en una charola para hornear con aceite de oliva, sal de grano, pimienta, ajo bien picado y queso parmesano rallado encima. Se meten al horno por 25 minutos y listo, ya tengo un excelente platillo en menos de media hora. A mi me gustan así porque quedan crujientes por fuera y tiernas por dentro.

Nunca hubiera pensado que detrás de estas coles miniaturas iba a encontrar tantas maravillas de salud y de sabor. Es una verdura que me ha retado en cuanto a preparación de platillos y de la cual nunca me arrepentí de haberle dado una segunda oportunidad. Es interesante como los gustos y los paladares cambian si tan solo estamos dispuestos a conocer un poco más sobre lo que comemos.

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