Cuando un chef llega a casa después del trabajo, uno pensaría que prepara platillos como los que hace en un restaurante para saciar algún antojo. Sin embargo, en realidad busca algo sin mucha complicación.

“En mi casa no siempre cocino chiles en nogada con cientos de horas de preparación para recibir 50 amigos, normalmente hago cosas muy simples, una carne al horno, un guisado (…) pero no tienes que pedir una pizza para comer algo sencillo”, aseguró Gerardo Vázquez, chef ejecutivo de Fonda Mayora.

En una cena de cuatro tiempos, el también chef de Nicos preparó platillos que destacaron por su sencillez, al igual que las bebidas para acompañarlos. Para él, la clave está en que elijas los ingredientes correctos. Pero si te es imposible ir a la tienda o supermercado, en México existen aplicaciones como Cornershop que ayudan a llevarte a tu domicilio todo lo que necesitas para cocinar. 

Como entrada, prueba con un guacamole tradicional. Vierte en el molcajete un poco de aceite de oliva y sal para integrar mejor los sabores; luego añade cebolla y jitomate picado con todo y piel, así como chile verde, y por supuesto, el aguacate, el cual el chef Gerardo recomienda servir en trozos grandes. Un mezcal de espadín, con granadina y jugo de naranja funciona bien para abrir.

Para el primer plato fuerte, la opción sugerida es un ceviche estilo Alvarado. Solo se necesita pescado blanco en trozos, jitomate, cebolla, chile verde, aceite de oliva y un poco de orégano. Después de maridar el pescado unos 5 minutos con jugo de limón, se sazona y se mezcla con los demás ingredientes. Se agrega un chorrito de aceite, y se decora con cilantro. Como coctel puedes preparar una margarita con tequila blanco, jugo de granada y jugo de limón.

De lo que quede del pescado, aprovecha para unas tiritas rebozadas, servidas en un taco con ensalada de col morada y aderezada con mayonesa. Otro platillo sencillo es el taco de Abasto, llamado así por tener ingredientes que vas encontrando en la Central de Abasto, como chorizo y cecina. 

¿Se te antoja alguno?

Por Jorge Gómez