Comprar ciertos alimentos congelados puede descomponerlos y hasta poner en riesgo tu salud, pero ¿cómo distinguirlos? Algunos chefs nos dieron sus mejores consejos para tomar decisiones más asertivas a la hora de acercarnos a los refrigeradores del súpermercado.

Para darte una primera pista sobre cómo decidir si vale la pena o no adquirir cosas congeladas, fíjate en la cantidad de agua que tiene un producto: la sandía, por ejemplo, tiene muchísima mientras las papas son menos húmedas.

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Alimentos e ingredientes que nunca debes comprar congelados

Hortalizas

Las hojas verdes son muy delgadas y su composición principal es fibra y agua. Al congelarlas, el agua se convierte en cristales de hielo que corta la fibra y hace que, al descongelarse, se marchiten, deshidraten y pierdan toda su gracia.

Si vas a comprar espinacas, por ejemplo, asegúrate que vengan previamente cocidas pues en ese caso ya sabes que pasaron por ese proceso entonces no tendrás mayor problema.

Hierbas aromáticas

Pasa exactamente lo mismo que con las hortalizas, además de que pierden sus propiedades más socorridas: el aroma.

Un truco para mantenerlas frescas y congeladas es llenar los moldes para hielo con aceite y sumergirlas ya porcionadas en hojitas. Para usarlas solo desmolda y deja que el aceite se derrita.

Huevo entero

Si los compras divididos; es decir, un tetrapak de claras o un paquete de yemas, sí puede ser y quizás es una gran decisión. Lo que no está bien son los huevos enteros, ya que no conoces el proceso de higiene por el que pasaron (piensa que los cascarones son porosos y dentro es el caldo de cultivo perfecto). Además, corres también el riesgo de que estén rotos y contaminados ya que, por presión, pueden explotar al cambiar de estado.

Frutas con mucha agua

¿Sandía? ¿Melón? ¿Tunas? ¿Zarzamoras? No lo creo. Estos son algunos de los alimentos que nunca debes comprar congelados pues se marchitan y echan a perder tan pronto los descongeles.

En el caso de las moras, y bayas en general, te servirán para hacer smoothies, mermeladas o compotas pero no mucho más; te darás cuenta que pierden su belleza y textura para cualquier otra preparación.

Cremas o salsas espesas

Lo que sucede con este tipo de alimentos es que, por ser altos en grasa, se separa el agua contenida en ellos muy fácilmente. Puedes verificarlo con la crema ácida o para batir, que al descongelarse adquiere una consistencia como cortada muy difícil de reparar.

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