El maíz es el eje principal de las especialidades mexicanas, pero no solo en lo que se come, sino también en sus bebidas. Es un ingrediente versátil, más alimenticio que la mayoría de los cereales del mundo y con la facilidad de convertirse básicamente en cualquier cosa.

Las culturas prehispánicas desarrollaron la nixtamalización para aprovechar mejor sus nutrientes y, bajo esta transformación se convirtió en la base, punto de partida e inspiración de Mesoamérica.

La mayoría de estas preparaciones siguen vigentes, especialmente en las comunidades con pueblos originarios que viven en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y la Península Yucateca.

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¡Ojo! Hablamos de bebidas fermentadas o incluso sin alcohol. Esto, porque el alambique y la destilación llegaron con los españoles, así que no forman parte de la cultura ancestral.

Bebidas mexicanas elaboradas con maíz

Tejuino o Tesgüino

Común en Jalisco, Chihuahua, Sonora, Colima, Sinaloa y Nayarit; esta bebida consiste en maíz fermentado con azúcar por un periodo de uno a dos días. El resultado es refrescante, así que se vende a medio día por las calles de las ciudades en estos estados, comúnmente en un barrilito lleno de hielos.

Dependiendo del lugar, los acompañamientos. Hay hasta quienes le ponen limón y chile piquín, aunque la receta tradicional es así, natural. En lugares como Chihuahua es una bebida ceremonial.

Pozol

Esta bebida es tradicional de Chiapas, Tabasco y Campeche. Suele venderse tempranito en la mañana muy fría y consiste en granos de maíz molidos, azúcar y cacao con mucho hielo.

Tejate

Hablamos de maíz molido, rosita de cacao, pixtle (semilla de mamey), cacao y azúcar. Suele venderse en los mercados de las comunidades oaxaqueñas y generalmente son mujeres las que lo preparan. Comienzan con una pasta poco hidratada que integran perfectamente y van agregando agua poco a poco, con la intención de formar una espuma característica.

Tascalate

Siguiendo en la línea de las bebidas no alcohólicas hechas con maíz molido, se suma esta, común en los Altos Chiapanecos. Una de sus diferencias es el color y el sabor que aporta el achiote, ingrediente característico.

Es dulce, un poco ácido, profundo como la canela que también se agrega. Suele beberse frío.

Chilate

La mejor expresión de maíz y cacao, pero expresada ahora en las costas y sierra de Guerrero. Esta bebida es sencilla, fría y refrescante. Solía ser común para los jornaleros por su gran aporte nutricional y energético. Hoy también se encuentra en algunas ciudades en bicicletas o puestos callejeros.

Un dato curioso de esta bebida es que forma parte de los desayunos dominicales en Acapulco junto con un bolillo relleno de cerdo estofado en dulce.

Atole

De todas las bebidas mexicanas, esta es, sin duda, la más popular y con más variaciones en toda la República. La receta base consiste en masa nixtamalizada, agua y azúcar. Esto es un lienzo en blanco al que se le pueden agregar frutas, café, especias o piloncillo. Lo más común es beberlo caliente.

Champurrado

La variante más cotizada del atole, cuya variación es agregar chocolate en polvo a la mezcla. Es común beberlo caliente en el centro de México, específicamente por las noches y acompañado de un tamal.

Batari

Esta es una bebida de maíz fermentado con azúcar, muy similar al Tejuino. Es común a los pueblos originarios de Chihuahua, como los rarámuris, quienes lo beben en frío.

Tanchuka

Esta es una de las bebidas mexicanas con maíz que se consumen en la Península maya y su preparación demuestra el mestizaje que se vivió en esa zona durante la conquista. Se prepara en frío con maíz, cacao, azúcar y anís, haciéndola profunda en sabores y aromas.

Pinole

El derivado más popular del maíz en el centro de México también tiene una bebida. Se trata de maíz tostado, azúcar, canela, cacao y vainilla que se puede beber frío o caliente. Es oriunda del centro y sur de México.

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