La vuelta al mundo en los 10 postres más famosos
Postres como el tiramisú, los pasteis de nata, la créme brûlée o los brownies han dado la vuelta al mundo volviéndolos famosos y deseados.
La tendencia de utilizar el ghee para cocinar no es nueva, pero en años recientes se ha comprobado que es una grasa que sirve para hacer platos más saludables a pesar de provenir de los animales.
Sí. En realidad, este producto no es más que la grasa de la mantequilla de leche de vaca; la única diferencia es que no tiene ningún sedimento sólido, carbohidrato ni proteína, así que es apto para personas con intolerancia a la lactosa y aquellos que siguen una dieta keto. Es decir, estas dos fases se separan y solo se aprovecha la grasa.
Es fácil de transportar y no necesita estar en refrigeración, ya que tiene un tiempo de vida en anaquel de aproximadamente 12 meses. Como todo producto de moda, puede ser caro, así que te explicamos paso a paso cómo lograrlo.
Para lograrlo necesitas un medio de calor, puede ser un microondas o una estufa. También un recipiente apto para soportar la temperatura.
Como ingrediente solo necesitas mantequilla y deberás derretirla a fuego muy bajito, de modo que no se queme.
Cuando esté completamente líquida, espera unos minutos y notarás que las dos fases ya están separadas: arriba está la grasa y abajo los sedimentos sólidos.
En otro recipiente, vierte con cuidado solo la grasa y ahí tienes el ghee. Para que sea igual de rico y saludable que los comerciales, te recomendamos que no tenga nada de la parte más espesa que quedó en la parte inferior de tu sartén o recipiente.
Puede ser tu medio graso para sellar carne, saltear verduras o incluso untar en unos hot cakes. En comparación con la mantequilla, tendrás menos azúcares y lactosa pero eso no significa que ayude a bajar de peso ni que sea un producto milagro. Recuerda que sigue siendo un lípido y debes consumirlo con moderación y en proporción de acuerdo a tu estilo de alimentación.
Si quieres utilizarlo en repostería y pastelería se puede, pero recuerda que esa textura cremosa y los maravillosos aromas que desprende su antecesor, la mantequilla, no aparecerán del todo en tu postre si no complementas con leche o crema.
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