Cómo hacer el guacamole perfecto

Parece fácil, ¿eh? Hacer guacamole podría ser uno de los talentos natos de los mexicanos; sin embargo, hay algunos trucos que pueden volver esta preparación más extraordinaria de lo que ya es.

Y no, no hablamos de trucos que carecen de funcionalidad –como poner la semilla en medio para que no se oxide– sino secretos que ayudarán a la consistencia, el sabor y el aroma verdaderamente. ¡Toma nota!

TE INTERESA: AGUACATES PARA SIEMPRE, UNA CAMPAÑA QUE PRESERVA EL ORO VERDE MEXICANO

Desde cero: cómo hacer guacamole

Primero que nada, hablemos del aguacate y sus necesidades. Cuida que esté en el punto de madurez: firme al tacto pero que, al apretarlo se sienta suave. Sácalo con una cuchara cuidando que toda la pulpa salga y sí, el hueso lo puedes desechar o compostar.

Al partirlo, inmediatamente comienza un proceso de oxidación que se puede alentar con un elemento ácido así que aquí entra el jugo de limón. En cuanto tengas la pulpa de aguacate machacada, agrega un poco y también suficiente sal y aceite de oliva. Estos tres, además de dar sazón también asegurarán un guacamole verde brillante durante más tiempo.

Incorpora un par de tomates verdes y muélelos junto a la pulpa de aguacate. Además de ayudar también con su acidez, dará cuerpo y estabilidad al guacamole.

Aparte, pica un poco de cebolla y cilantro lo más finito que puedas. Si te gustan los sabores más fuertes o el picante también puedes echarle ajo y chile serrano picado sin semillas.

Ya así tienes una mezcla básica de guacamole, pero, ¿puedes hacerlo más rico? Claro que puedes hacerlo más rico.

Lo más común es agregar cubos de jitomate sin semilla pero juega con otros sabores. Nos gusta la granada, a veces la piña y el mango, el queso fresco, los chapulines, las hormigas o cubitos de jícama para darle esa sensación crujiente que nos encanta.

Y ¿para dippear? El cielo es el límite. Chicharrón de cerdo o harina, totopos, lajitas de carne seca, chips de papa o camote… El chiste es disfrutarlo.