Los mejores lugares para probar comida tailandesa en CDMX
Si te gusta esta cocina o quieres descubrir algo nuevo, estos son los lugares donde podrás probar comida tailandesa sin salir de la ciudad.
En el mundo de los métodos de extracción, el café turco siempre ha resaltado tanto por la estética de su preparación como por su sabor fuerte y la molienda finísima de los granos que se emplean para hacerlo. Basta con aprender un poco sobre su historia para descubrir que, definitivamente, es una de las bebidas más fascinantes que han trascendido en la cultura popular.
Por: Fernanda López
El café llegó a Turquía en 1540 por un hombre llamado Ozdemir Pasha, quien fue gobernador otomano de Yemen. Pasha descubrió el café en su región y, ante su magnificencia, no tardó en presentárselo al sultán Solimán I, mejor conocido como El Magnífico, al ser el mandatario responsable de una de las mayores épocas de gloria del imperio otomano.
Al conocer el café, el equipo de Solimán experimentó con distintas formas de procesarlo, y en ese proceso decidieron molerlo de forma súper fina con un mortero y luego lo infundieron con una especie de olla o jarra pequeñísima llamada cezve o ibrik.
El café que se obtiene de este proceso tradicional es muy especial. En vez de que el líquido se filtre, está hecho con un grano tan, tan molido, que prácticamente se convierte en parte de la bebida, lo que se traduce en un sabor muy robusto y complejo.
El éxito del licor resultante fue tal que no tardaron en surgir unos personajes llamados Kahveci Usta, dedicados específicamente a la preparación del café. Podríamos decir que son los precursores de los baristas que conocemos hoy en día.
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Al inicio, los Kahveci Usta hacían su servicio en casas de gente afluente o políticamente importante. Sin embargo, no tardaron en abrir sus propias cafeterías, lo que, por consiguiente, aceleró la democratización del café. Y vaya que se volvió importante: saber prepararlo era, por ejemplo, requisito para que las mujeres pudieran casarse. La tradición establecía que tenían que prepararle una taza a su futura suegra. Si les quedaba mal, se convertían en la burla del pueblo.
Hoy, afortunadamente, no saber preparar café no te hace la burla de nadie, y menos en un mundo en el que el café en cápsula nos ha facilitado la existencia. Sin embargo, saber hacer un buen café turco es una habilidad que nunca sobra.
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Necesitas:
Método:
Ojo: es importante -importantísimo- que tomes en cuenta que un café con un molido clásico no te va a servir. Tienes que pedir específicamente que te muelan el café para hacer una preparación turca, o bien, comprar café turco premolido.
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